Que si la leche engorda, que si no aporta los nutrientes necesarios, en fin. Sobre este delicioso alimento de origen animal, y sus derivados, se han dicho tanto cosas buenas como malas. Sin embargo, ¿qué es cierto y que es falso?

Una experta nutrióloga nos ayuda a ordeñar la verdad sobre los lácteos.

Mito 1: “La leche te engorda”

Realidad: La leche te ayuda a adelgazar pues es un alimento completo con hidratos de carbono, proteínas y lípidos que te proporcionan saciedad y puede ayudar a consumir menos alimentos controlando el peso corporal.

Los nutrimentos que contienen los lácteos como el calcio, proteína y otras vitaminas y minerales ayudan a mantener tu peso.

Se ha observado que dietas que incluyen al menos tres porciones de productos lácteos bajos en grasa al día han resultado en pérdidas significativas de peso en adultos obesos.

Los nutrimentos que ayudan:

• Calcio
• Proteína
• Péptidos bioactivos
• Aminoácidos de cadena ramificada
• Otras vitaminas y minerales, como la vitamina A y D.

Un estudio publicado recientemente en el Journal of The American Dietetic Association reportó que las mujeres que consumieron la leche baja en grasa adicionada con micronutrimentos junto con un plan de restricción calórica tuvieron al terminar el estudio menos peso, menos índice de masa corporal (IMC) y menos grasa corporal comparado con un grupo control y un grupo que solo consumió leche baja en grasa.

Mito 2: “No consumo leche ya que contiene las hormonas con las que alimentan a las vacas”

Realidad: En los establos de Lala no se les da terapia hormonal a las vacas para aumentar la producción de leche, por lo que la cantidad de hormonas que se pueden encontrar en nuestros productos se deben a la producción natural de las vacas.

Mito 3: “Consumir muchos lácteos promueve el desarrollo de granitos”

Realidad: Por el momento no existen pruebas contundentes que comprueben que hay relación entre la dieta y el desarrollo de este padecimiento. La aparición de acné se atribuye a factores hormonales, emocionales, uso de cremas que “tapen” los poros, genéticos, clima, drogas y ocupación.

Mito 4: “No necesito consumir lácteos para cubrir mi recomendación de calcio”

Realidad: La leche y los lácteos son las fuentes por naturaleza más ricas en calcio. Otros alimentos como la sardina y anchoas aportan este nutrimento, sin embargo tendrías que consumir 90 anchoas y 160g de sardinas para obtener el calcio que te aportan 3 raciones de lácteos diarios.

Mito 5: “Los adultos no necesitan consumir leche”

Realidad: Si es necesario que los adultos continúen consumiendo leche ya que sus nutrimentos, como el calcio y la vitamina D, son indispensables durante toda la vida. Los huesos continúan su formación hasta los 30 años y posterior a esta edad inicia una pérdida de la densidad del hueso, la cual se puede prevenir con una adecuada nutrición y alimentos ricos en calcio, vitamina D y fósforo como la leche.

Mito 6: “Las bebidas de soya pueden ser un excelente sustituto de los lácteos”

Realidad: Las bebidas de soya contienen 10 mg de calcio en un vaso, mientras que la leche contiene 258 mg. Aunque la bebida está adicionada con calcio, este sólo es 75% efectivo comparándolo con el de la leche.

Mito 7: “La osteoporosis sólo afecta a adultos mayores”

Realidad: La osteoporosis sólo es una enfermedad que se presenta con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, lo cual puede ser consecuencia de un bajo consumo de lácteos y falta de ejercicio durante la infancia y la adolescencia. Estudios asocian las fracturas en adolescentes y adultos a una densidad ósea baja.

Mito 8: “La leche te sube la presión arterial”

Realidad: La leche te ayuda a mantener una presión arterial adecuada.

La leche contiene pequeños compuestos que te protegen contra la hipertensión.

La Asociación Americana  del Corazón (American Heart Association) en sus recomendaciones para el control de la hipertensión, recomienda la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) para prevenir y tratar la enfermedad.

La leche es baja en sodio y alta en potasio, una efectiva combinación para una presión sanguínea saludable.

Además de ser baja en sodio, la dieta DASH se basa en el consumo de frutas y verduras, tres porciones de  productos lácteos bajos en grasa y granos enteros.

La leche ayuda al control de la hipertensión por su alto contenido de péptidos bioactivos.

Mito 9: “La leche tiene conservadores”

Realidad: La leche no contiene ningún tipo de conservador artificial, el único método de conservación que se utiliza y tiene la finalidad de volverla apta para consumo humano es la pasteurización y ultrapasteurización.

Mito 10: “La leche pierde vitaminas con la ultrapasteurización y pasteurización”

Realidad: La leche, por naturaleza contiene vitaminas A y D, que al someterse al proceso de pasteurización y ultrapasteurización, llega a disminuir la cantidad de estas vitaminas, sin embargo, se le re-adicionan en el mismo proceso.

Mito 11: “La leche light o sin grasa pierde sus vitaminas y minerales por ser light”

Realidad: La leche light contiene la misma cantidad de nutrimentos que otras leches, no pierde su valor nutrimental, la única diferencia es la cantidad de grasa, contiene menos que una leche entera y semi descremada.

Mito 12: “El calcio de las leches con Extra calcio, no se absorbe del todo”

Realidad: Las leches con Extra Calcio o adicionadas con calcio extra contienen además del calcio, la cantidad correcta de fósforo, otro mineral que ayuda a la adecuada absorción del calcio en nuestro cuerpo.

Mito 13: “Los intolerantes a la lactosa no pueden consumir yogurt”

Realidad: El yogurt, por su proceso de elaboración, es deslactosado por naturaleza, o contiene cantidades muy bajas de lactosa que no generan malestar, por lo que puede ser consumido por personas que viven con intolerancia a la lactosa.

Mito 14: “La leche deslactosada contiene azúcar, por eso sabe dulce”

Realidad: La leche deslactosada contiene una enzima que se llama lactasa, la cual separa la lactosa (azúcar natural de la leche) en glucosa y galactosa, de esta manera se obtiene una leche de “fácil digestión” o como si estuviera “predigerida”. La glucosa es de sabor dulce y es por eso que este tipo de leche tiene un sabor característico.

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*Romina Rodríguez Schmidt es Nutrióloga y actual coordinadora del Instituto Lala.