Que no te vean la cara en el mercado cuando vayas a comprar tu mandado de la semana.
Elegir vegetales frescos para que duren hasta el momento en que los uses es una habilidad que se desarrolla con el tiempo; por algo se empieza y queremos darte el primer empujoncito.
Elegimos una serie de frutas y verduras que representan a grupos de alimentos que se eligen de la misma forma. Así no estarás tirando tu dinero y tus ingredientes no se echarán a perder.
Es importante que confíes en tus sentidos: siempre toca, huele y observa todo lo que escojas.
Eso sí, “si no compra, no mayugue”. Cuida los ingredientes que no vas a comprar aunque no estén en las condiciones que quieres.
Ojo, hay algo que debes de saber. Existen dos tipos de productos: los climatéricos -que puedes comprar sin que hayan terminado de madurar pues siguen desarrollándose- y los no climatéricos.
Estos últimos dejan de evolucionar en el momento en el que se cortan, por lo que pasan de un estado maduro -o no tanto- a la putrefacción sin escalas.
Es díficil saber con precisión si un cítrico va a ser jugoso o no; depende más de la época de cosecha del año que de las características sensoriales que tenga antes de comprarlas.
Algo sí te recomendamos. Al tomarlos revisa que tengan un peso proporcional al tamaño; esto te dirá qué tanta pulpa y jugo tienen.
El color debe ser parejo. En el caso de las naranjas, si tienen partes verdes te hablará de falta de maduración o amargor.
En el caso de los limones, los lados amarillo oscuro indican exceso de maduración y eso no nos gusta nada.
Estas frutas no son climatéricas, así que debes comprarlas en absoluta maduración.
Siempre compra moras y bayas de color brillante y sin manchas.
Estas frutitas siempre deben ser firmes al tacto y tener un aroma fresco.
Una manera muy eficiente de saber si están buenas o no es si al olerlas percibes alcohol o demasiada azúcar. Detente ahí y mejor escoge otra cosa.
Estas frutas tampoco son climatéricas, pero aguantan bien la refrigeración y congelación, por lo que se pueden mantener en buen estado por más tiempo.
Papaya, sandía, melones y piñas son frutas que debes comprar cuando no están del todo maduras para que se puedan utilizar durante largo tiempo.
Si las compras en mercados, pregunta cuánto te van a durar antes de que se echen a perder.
En el caso de los melones, da unos golpecitos a la cáscara. Si escuchas huecoestá buena para comprarse. Si al contrario oyes líquido, esa fruta está pasada.
En el caso de las piñas y las sandías fíjate en las cáscaras.
La sandía debe ser verde con tonalidades claras y blancas, la piña no estar completamente café.
Si al querer desprender una hoja de la corona de tu piña sale con facilidad ¡cómprala ya!
Algo que debes saber es que los tomates y jitomates son frutas.
Para elegir los mejores debes tocarlos y percibir firmeza.
Si presionas y la marca se queda, aléjate que está por echarse a perder.
Otro truco es raspar la cicatriz donde estaba el tallo y olerla: debe tener un aroma fresco.
No compres jitomates con manchas negras ni flácidos, pero tampoco te vayas con la finta de comprar los más rojos y brillantes. Si están un poco verdes sólo serán menos ácidos, pero estarán buenos.
En el caso de los tomates verdes revisa debajo de la cáscara que no haya insectos que te hayan, textualmente, comido el mandado.
También fíjate que no tengan manchas ni mayugaduras.
¡Otra sorpresa! El chile también es una fruta que, por cierto, tiene más Vitamina C que muchos cítricos.
El mejor que puedes comprar es firme, sin arrugas en la piel.
Procura que tengan un trozo de tallo, si lo raspas puedes tener más o menos el aroma que aportará a tus platillos.
En el caso de plátano tabasco o dominico compra los que estén amarillo brillante si los vas a consumir en los siguientes cuatro días.
Esta fruta es climatérica, por lo que continuará madurando en casa.
Si buscas que sean muy dulces deja que se vuelvan un poco cafés, pero eso te recomendamos que suceda en casa.
Para plátanos machos que vas a usar para freír compra los más cafés que encuentres.
El azúcar en este tipo de frutas ya se concentró, por lo que tendrás el sabor mucho más intenso.
Cuando compres lechugas, espinacas, hierbas frescas o quelites deben tener colores brillantes y no estar marchitas ni muy mojadas.
Si las compras en bolsa asegúrate que tengan orificios para que no se mueran ni fermenten.
Depende del tipo de hoja que sea también tendrá necesidades de almacenamiento distintas.
Cuando compres papas fíjate que el color de la cáscara sea parejo, sin manchas negras y que esté completamente duro.
Este tubérculo tiene la ventaja de durar mucho tiempo en refrigeración; por si las dudas, también te recomendamos que revises que no haya germinado (es decir, que no esté naciendo una plantita nueva en él) porque esas ya están viejas.
En el caso de betabeles y zanahorias siempre procura comprarlas con tallo para que sepas qué tan frescas están. Si no es posible guíate por el color: debe ser brillante, sin manchas y siempre, siempre con piel.
Elige siempre calabacitas que estén firmes al tacto y con colores de verde a blanco.
Procura que no tengan manchas y que el peso sea proporcional al tamaño.
La mejor manera de volverse un experto en la elección de productos es la práctica.
Piérdele el miedo a los mercados y pregúntale siempre al vendedor de lo que estás comprando.
También es importante que confíes en tus cinco sentidos y tengas claro para qué vas a ocupar cada ingrediente.
Con ello y estos tips tu compra será mucho más asertiva.
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