No se sabe a ciencia cierta el origen de la tradición de la sidra, pero lo que es un hecho es que en Año Nuevo no puede faltar. Por eso, hoy te explicamos los tipos de sidra para que elijas a la hora de brindar en Año Nuevo.
Algunos historiadores reportan su origen antes de Cristo, por los rastros que existen con los egipcios y los bizantinos. También hay registros de una bebida llamada sikera; los griegos y los romanos la bebían y era a base de manzana fermentada.
Por último, hay una bebida hecha con cereales y frutas -como la manzana- mencionada en el Antiguo Testamento.
La sidra tiene un nivel de alcohol muy bajo (2 a 6 grados) y está hecha principalmente de manzana, aunque en algunos casos se utiliza pera.
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Brindar con sidra en México es ya una tradición en las fiestas decembrinas, aunque también en países como España -que es productor-. En México se produce sidra principalmente en Puebla en los municipios de Huejotzingo, Zacatlán de las Manzanas y Esperanza.
En el norte del país, al ser importantes productores de manzana, también se fabrica, por ejemplo, en Durango y Chihuahua. Sin embargo, el rey de la producción de sidra en México es el municipio de Esperanza, Puebla, con 150 mil botellas al año.
Tiene entre 5 y 6 grados de alcohol. Es el resultado de la fermentación de la manzana, no tiene gas y generalmente es de color amarillo.
Este tipo no tiene alcohol debido a que la manzana solo es “exprimida” y no tiene ningún proceso de fermentación. Se recomienda principalmente para maridar pescados, mariscos y quesos.
La espuma de esta sidra se da por fermentarse en ambientes cerrados, aunque también puede carbonatarse de manera artificial con gas carbónico.
Usualmente se llevan dos fermentaciones, la primera a presión atmosférica y la segunda en la botella.
Esta se elabora con manzanas y peras. Tiene una acidez parecida a la de la champaña y su sabor es frutal.
En la actualidad, escanciar se refiere al acto de servir la sidra natural más que la espumosa. Se trata de que se convierta en una bebida con gas por la mezcla del oxígeno con el carbónico.
Hay expertos escanciadores y existen incluso algunos eléctricos. Este proceso acentúa las propiedades organolépticas.