Nos encanta la combinación de quesos, pan y vino. No hay equipo más ganador que estos tres productos -y unos cuantos más, como la chela- para amenizar una buena conversación mientras botaneas o haces sobremesa en una celebración entre amigos y familia. ¿Qué tal probar maridajes nuevos esta Navidad?
Hay algunas reglas básicas de maridajes que siguen los sommeliers como empatar los productos potentes o buscar complementación con algunas sensaciones que tenemos en la boca.
Preguntamos a algunos expertos cuáles son sus favoritos y nos sorprendió que hay ideas muy innovadoras que rompen con los esquemas tradicionales; curiosamente, todos crean experiencias completamente distintas entre sí y muy buenas.
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La uva albariño es una variedad blanca que viene de Galicia, España. Se cultiva muy cerca del mar, y esto hace que desarrolle sabores dulces con una acidez equilibrada.
El queso Oaxaca, por su parte, es un queso fresco de leche de vaca cremoso pero con bajo nivel de grasa, entonces empata muy bien con las características de los vinos que se producen con este tipo de uva.
Procura buscar quesos artesanales, los puedes reconocer porque lo podrás deshebrar más fácil.
Para completar el combo, te sugerimos tostaditas de maíz o pan pita.
Este queso es mexicano, no te dejes engañar por el nombre. Su origen es Baja California y se puede encontrar añejo o fresco.
En ambos casos, se recomiendan vinos con uva Zinfandel (también de mucha calidad en la zona).
Si encuentras Ramonetti añejo te recomendamos vino tinto, pues la astringencia y altos taninos de esta varietal complementarán la untuosidad del queso.
Si eres de sabores más ligeros, pruébalo con vinos rosados.
A este maridaje de Navidad le van bien panes con frutos secos con harinas de centeno o mezquite.
Generalmente, los quesos maduros empatan con vinos tintos porque la astringencia de un tinto crianza va muy bien con la cantidad de grasa de este tipo de quesos.
Esta Navidad te sugerimos que hagas un maridaje de contraste: una experiencia completamente nueva que te hará ver fuegos artificiales.
Se trata de vinos blancos de cosecha tardía -es decir, que son más dulces– con uvas como Semillon o más alemanas como Riesling o Gewürztraminer y quesos maduros.
Una combinación que no falla es con queso manchego de oveja o el idiazábal, ambos españoles. Curiosamente, las notas dulces del vino resaltan y equilibran perfecto con el sabor de la leche de este tipo de quesos.
Para este maridajes te recomendamos un pan chapata o baguette de trigo.
Los vinos tintos de la región de Beaujolais, en Francia, se distinguen por ser ligeros y fáciles de tomar, esto es porque la uva con la que lo elaboran, Gamay, es ligera y tiene baja acidez.
Un queso como el fresco de cabra va perfecto con este tipo de vinos porque el queso tiene la acidez que al vino le falta. Por otro lado, las notas aromáticas afrutadas del vino complementan la experiencia.
Para estos maridajes de Navidad te recomendamos un pan baguette de trigo.
Cuando veas un queso que tiene corteza firme quiere decir, en la mayoría de los casos, que el sabor es más fuerte que el promedio.
En el caso del brie, esta corteza es un hongo que aporta mucho sabor y aroma, además de dar la característica untuosidad.
La cantidad de grasa en el queso soporta que lo marides con un vino tinto con personalidad como los crianza, y una uva Shiraz equilibrará la astringencia para que empaten perfecto los dos productos.
Este maridaje lo puedes acompañar con pan de hogaza de masa madre de trigo, espelta o centeno.
¿Quién dijo que la cerveza no puede servir para acompañar quesos? Este maridaje es un complemento de sabores y aromas muy interesante, porque estamos hablando de productos que tienen mucha personalidad por sí mismos.
Los aromas que desarrolla el lúpulo en una IPA empatan con la madurez y untuosidad del queso de cabra. Además, la sensación del carbonatado te hará sentir una experiencia completamente distinta.
Para este maridaje te recomendamos un pan chapata o baguette de trigo.
Este queso de origen italiano se utiliza comúnmente para espolvorear nuestra comida y en la salsa Alfredo es un ingrediente fundamental.
La cosa es que si realmente quieres disfrutar un queso parmesano, una buena idea es cortarlo en trozos y acompañarlo con un vino Nebbiolo también de origen italiano, específicamente de la región de Piamonte.
Si quieres una experiencia aún más enriquecedora sumerge una parte del queso en vinagre balsámico, sentirás una explosión de sabores en tu boca y de esta manera el pan no será necesario.
La fuerza de los quesos azules como el roquefort es difícil de asimilar cuando eres principiante, así que ten cuidado de avisar a tus invitados la fuerza del sabor de este queso.
Gracias a esto, el maridaje perfecto para un queso roquefort siempre será un vino dulce, uno de postre y cosecha tardía para equilibrar sabores. Acompáñalo con palitos de ajonjolí o galletas.
Un quesito más común con un vino fácil de conseguir. Sí, el sabor del queso manchego es fuerte pero equilibrado y la mezcla clásica de Burdeos Cabernet-Merlot que da como resultado un vino aromático y sutil hacen buena mancuerna.
Si tu bolsillo te lo permite busca una etiqueta de vino añejado, la corpulencia de vino aumenta y resalta el sabor del manchego.
El queso gruyere puede ser dulce en el primer bocado, pero dependiendo de la edad del queso los sabores pueden ir desde nuez hasta terroso en el retrogusto.
Por eso acompañarlo con un vino blanco semidulce es una opción que, si bien dependerá del sabor del gruyere en ese momento, es un maridaje para ir a la segura.
Un toque de burbujas viene bien para las fiestas navideñas y qué mejor que con champaña. El ingrediente principal es un queso triple crema que por su cremosidad puede ser untado en un pedacito de pan de tu elección.
La chamapaña tiene la sofisticación y elegancia que caracteriza a un buen triple crema. Te recomendamos comer el queso a temperatura ambiente para resaltar sabores.
Este queso francés se elabora con un ingrediente latinoamericano: el axiote, el cual le da un color naranja encendido y un sabor cercano la nuez.
Cuando el queso no es joven pero tampoco maduro, su mejor acompañante será una cerveza ámbar en cualquiera de sus presentaciones.
Si el mimolette que tienes es maduro, no dudes un segundo y elige una cerveza oscura, la fuerza de los sabores harán equilibrio.
Esta combinación tal vez te parezca un poco fuera de lo común, pero va calada y garantizada por el maestro quesero Olivier Bert.
El Comté es un queso francés con denominación de origen que, según su historia, es uno de los más antiguos.
Solo 190 queserías son las encargadas de elaborar artesanalmente este queso para el mundo.
Hablando de los vinos de Jerez hay varios tipos, pero el más conocido es el Fino con un color amarillo seco y un gusto almendrado.
Así que ya sabes, si quieres darle a tus invitados algo completamente diferente, esta opción es la mejor.
Si no sabes en donde comprarlos te damos algunas opciones:
Mercado San Juan Gourmet: Ernesto Pugibet 21, Centro Histórico.
Facebook: @mercadodesanjuan77
Sabor y carácter: Alejandro Dumas 125, Polanco.
Facebook: @saborycaracter
Central de quesos: Centro Comercial Zéntrika Santa Fe, local 1235F, Santa Fe.
Facebook: @CentraldeQuesosMX
El Queso Gourmet: Calle once 60, Espartaco
Facebook: @elquesogourmet