Cuando pensamos en panadería dulce mexicana, entre la lista de panecitos consentidos siempre aparece el Garibaldi, esa maravilla de mantequilla cubierta de cientos de chochitos blancos.
El origen de este pan dulce tiene raíces mexicanas e italianas, cuenta Alberto Laposse, director general del Grupo Levain y nieto del creador del Garibaldi.
Este pan “fue un invento de mi abuelo, porque él era fanático de Giuseppe Garibaldi, gran revolucionario italiano del siglo XIX, por eso se llama así”, cuenta Alberto en la sala del hotel Dos Casas, en San Miguel de Allende.
La familia Laposse tiene una gran historia en el mundo de la panificación en México. El mismo Alberto dice que nació entre “crema, harina y chantilly”.
La historia se remonta a la panadería El Globo, fundada en 1884 por una familia italiana de apellido Tenconi, la cual no tuvo herederos. Hacia el año 1900, los Tenconi le piden a un italiano que les vendía maquinaria para la industria que les buscara italianos para apoyarlos en la producción de pan en México y Argentina.
Uno de esos italianos que se animó a tomar la oferta fue el abuelo de Alberto Laposse, que en ese entonces tenía 21 años y era chocolatero y confitero. Al llegar a México, Laposse empieza a trabajar en El Globo.
Con la revolución mexicana, los Tenconi vendieron la pastelería a una familia francesa, pero duró poco tiempo porque las cosas se complicaron, cuenta Alberto Laposse.
El abuelo regresa a Italia, se queda cinco años por allá y luego vuelve a México, abre una pastelería en 1923 y la llama El nuevo globo, que posteriormente fue conocida solo como El Globo.
“El Garibaldi ejemplifica muy bien la mezcla de lo europeo y lo mexicano”, dice Alberto Laposse.
Una buena noticia: ¡tú puedes preparar el Garibaldi en casa!
Para acceder a la receta de la chef Paulina Abascal da click en este enlace y para intentar la del chef Irving Quiroz, da click en este.