Aunque la lavanda generalmente se considera una flor que despide aromas campiranos ideales para agregar un agradable olor al agua del baño y relajarte, también se utiliza en la cocina más de lo que te imaginas.
La lavanda funciona como inhaloterapia, ansiolítico y relajante y para usos terapéuticos es un excelente espasmolítico y antioxidante. Se considera una planta aromática ya que es parte de la familia Lamiaceae, el mismo grupo al que pertenecen hierbas culinarias como la menta, la albahaca, la salvia y el romero.
Además de sus asombrosas propiedades medicinales, la lavanda es un ingrediente sorprendente en la cocina siempre y cuando sepas cómo utilizarla. Si no tienes el cuidado para cocinar esta flor puede convertir tus platillos en un popurrí para aromatizar baños, es decir, hacer que sepan a jabón.
Para comenzar a experimentar en la cocina asegúrate de comprar lavanda que tenga uso culinario. Aunque la lavanda ornamental no te matará es mejor comprar productos que realmente sean comestibles.
Es necesario mantener la lavanda lejos de la humedad, el calor y la luz, pues la humedad causa moho, el calor desvanece su fragancia y la luz opaca el color violeta que la caracteriza. Para secar la lavanda fresca, agrúpalas por el tallo y cuélgalas boca abajo en un lugar lejos de la luz solar directa. Si vives en un ambiente húmedo puedes secar la lavanda en el horno durante unos 20 minutos.
Una vez que tengas tus flores de lavanda utilízalas como una infusión, a nadie le gusta probar una rebanada de pastel y salir con la boca llena de hojas y pétalos de flores por más hermosas que sean. Por lo tanto, es necesario molerla (por ejemplo, con azúcar para productos horneados) o colarla de un líquido (crema o jarabe) antes de usarla.
Recuerda que el aroma de la lavanda a pesar de ser delicado es potente y es importante moderarse con la cantidad de flores que se utilicen para crear infusiones o mezclas de hierbas. Una vez que tengas tus infusiones de lavanda, haz tus propias mezclas con otras hierbas, especias y flores; por ejemplo, lavanda con menta y romero para unas chuletas de cordero o un jarabe de miel con una pizca de lavanda para endulzar un té helado o una limonada.
Si eres principiante en el mundo culinario de la lavanda, aquí te compartimos seis recetas básicas para disfrutar de su aroma y sabor.
Tu desayuno de hot cakes no volverá a ser el mismo después de agregarle aromática lavanda y la frescura de la ralladura de limón.
Ingredientes:
Mezclar los ingredientes secos en un tazón grande. Batir lentamente la leche, el huevo y la mantequilla derretida para formar una masa suave y espesa.
Colocar un sartén grande a fuego lento, después agregar una pequeña porción de mantequilla o aceite de coco. Con una cuchara grande colocar la masa en el sartén. Después de que se formen las pequeñas burbujas en los hot cakes, están listos para voltearlos.
Cocinar por un minuto más antes de llevarlos al plato. Servir con mantequilla y un chorrito de miel, y decorar con un poco de lavanda y ralladura de limón.
Las papas adquieren una nota floral y terrosa cuando se lavan con lavanda seca antes de asarlas. Esta receta es de inspiración provenzal
Ingredientes:
Con un mortero moler la lavanda.
En un tazón grande, combinar la lavanda triturada, el aceite, la miel, el tomillo y la ralladura de limón y el jugo. Mezclar bien. Agregar las piezas de pollo y cubrirlo con la mezcla. Dejar marinar durante 30 minutos (o hasta 4 horas).
Precalentar el horno a 200 ° C y colocar el pollo espolvoreado con sal. Cocinar el pollo durante 45 minutos y voltear las piezas a la mitad del tiempo. Cocinar el pollo hasta la parte más gruesa de la carne se perfore con un palillo de madera o tenedor y la carne no tenga tonalidades rojas y rosas.
Estas paletas de miel y lavanda son un ejemplo perfecto de un delicioso postre que hará feliz a cualquier goloso omitiendo las grandes cantidades de azúcar.
Ingredientes:
En una olla pequeña, combinar la leche entera, la miel y las flores de lavanda. Colocar a fuego lento hasta sin dejar que la leche hierva; revolver ocasionalmente. Retirar del fuego y dejar reposar durante 2 horas.
Colar la mezcla de leche a través de una manta de cielo para eliminar las flores de lavanda y conservar la leche. Revolver el yogurt en la mezcla de leche.
Verter la mezcla en 9 moldes para paletas y congelar durante al menos 5 horas. Cuando estén listas para colocarlas en agua calentar durante 10-15 segundos para ayudar a aflojar la paleta del molde.
Una bebida de té negro con infusión de lavanda para sentir la energía de un café y la sensación de relajación gracias a las propiedades de esta flor.
Ingredientes:
Hervir el agua en una cacerola y agregar las flores de lavanda al agua hirviendo. Revolver constantemente hasta que quede un concentrado de lavanda.
Retirar del fuego y remover las flores. Colocar el concentrado de nuevo en la estufa y agregar la miel. Revolver sobre el calor hasta que la miel se haya disuelto durante 5 minutos. Agregar el té negro y dejarlo infusionar durante 5 minutos más.
Espumar la leche con un dispositivo de espuma y agregar la mezcla de lavanda y té negro. Cubrir con más leche y espuma.