Aunque no es mexicano, el salmón es uno de los pescados más socorridos en este país por varias razones: es fuente importante de Omega 3 –que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, además de prevenir la formación de coágulos en la sangre-, vitamina D –que fortalece el sistema nervioso- y vitaminas B3 y B6, las cuales ayudan a prevenir enfermedades como la diabetes, artritis e incluso reduce los síntomas del túnel carpiano.
La próxima vez que compres filetes de salmón asegúrate de evitar estos cinco errores. ¿A quién le gusta un pescado seco y sin sabor? ¡A nadie!
Si lo compras con tu pescadero de confianza seguramente le quitará todas las espinas. Si no, descuida, puedes hacerlo tú mismo con unas pinzas para cejas o unas tijeras pequeñas. Este método puedes utilizarlo para retirar las espinas de otros pescados.
¿Quieres ver cómo?
La piel del salmón bien cocinada no solo es deliciosa, es necesaria para proteger la carne y mantenerla humectada. Para lograr una piel fabulosa, cocina la pieza de pescado con la piel sobre la sartén a un calor medio-alto. Además, asegúrate de que el pescado esté a temperatura ambiente antes de ponerlo a cocinar. Este par de consejos asegurarán una piel crujiente y exquisita.
Sabemos que adoras tu sartén de hierro fundido, pero para cocinar salmón te conviene más utilizar una con cobertura antiadherente para que la piel del pescado no se pegue. Una sartén de acero inoxidable también funciona, pero es más recomendable para cocineros experimentados.
Esto sucede cuando dejas tu salmón demasiado tiempo en el horno o en la estufa. ¡Que no te suceda! Comienza por cocinar tu pieza de salmón con la piel sobre la sartén a fuego medio-alto hasta que la piel se torne crujiente, es decir, durante 5-7 minutos. Ya que lograste una piel crocante, baja el fuego y con mucho cuidado voltea el salmón para que termine de cocinarse por el otro lado solo durante unos segundos.
Cuando cocinas el salmón del lado de la piel permites que el filete permanezca humectado, ya que el fuego directo se concentra en la piel y la grasa.
¿Te sobró algo de salmón? ¡Suertudo! Pero antes de que vayas y lo metas al horno de microondas para recalentarlo, reconsidéralo. El salmón, como la mayoría de los pescados, no recalientan bien. No lo hagas. Mejor déjalo a temperatura ambiente un ratito y luego inclúyelo en alguna ensalada o hazte un sándwich.
Te compartimos ocho recetas para que hagas maravillas con esos filetes de salmón frescos que compraste en la pescadería.
Salmón con salsa casera teriyaki
Salmón empapelado con echalotes
Hamburguesa de salmón con yoghurt y eneldo
Salmón empapelado con limón italiano
Tártara fresca de salmón y aguacate
Leer la nota original en Food & Wine (en inglés).