Mucha de la cultura europea tiene su origen en la Antigua Grecia y la cocina no es la excepción.
Algunos de los ingredientes más famosos que usaban los griegos hace más de 3.000 años siguen siendo muy populares en la actualidad.
Muchos son “superalimentos”, llamados así por sus enormes beneficios nutritivos y para salud.
Por ejemplo el aceite de oliva, que además de ser la base de la cocina mediterránea es muy beneficiosa para el corazón al ayudar a reducir el colesterol “malo” y prevenir la trombosis.
También está el orégano, famoso como condimento pero que también sirve contra los dolores de garganta y para ayudar a curar la diarrea o las inflamaciones de la piel.
Y la miel, usada no solo para endulzar sino para un gran número de terapias.
Sin embargo, hay otros cultivos originarios de la Antigua Grecia cuyos beneficios son menos conocidos.
Aquí te contamos de algunos de estos superalimentos que siguen siendo populares en la cocina griega y te enseñamos sobre sus propiedades beneficiosas para la salud y que hacen que su consumo ayude a vivir mejor.
La salvia es una planta aromática cuyas hojas pueden usarse tanto frescas como secas.
Se puede utilizar para hacer salsas o como especia en muchos platos, pero en Grecia hoy su uso más popular es como tisana (algunos lo llaman el “té griego”).
Los antiguos griegos usaban la salvia -nombre que proviene de la palabra “salvar”- como cataplasma, para tratar heridas y picaduras.
Esto se debe a sus enormes propiedades antisépticas y antibióticas, confirmadas por la ciencia moderna.
Pero no solo eso, la salvia también sirve para tratar el asma y otras enfermedad respiratorias, para combatir la gripe y es un antiespasmódico.
Más allá de sus propiedades medicinales, hoy también se usa por su valor simbólico.
Algunos griegos cuelgan hojas de salvia de sus puertas para alejar el mal.
La almáciga es una resina que se obtiene del árbol Pistacia lentiscus, que crece en la isla de Quíos.
Fue designado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, en 2014.
Los antiguos griegos usaban los brotes del árbol como aperitivo (meze) y masticaban la resina para tener buen aliento.
Hoy se usa en la elaboración de dulces, bizcochos y helado. Y también en pastas de dientes, champú, perfumes e inciensos.
Los textos médicos de la Grecia Antigua tenían un gran número de fórmulas que incluían entre sus ingredientes al mástique, debido a sus propiedades benéficas para la salud.
Estudios científicos modernos confirmaron los beneficios de esta resina, que sirve para proteger el corazón y prevenir la arteriosclerosis.
También reduce el colesterol y el azúcar en sangre y tiene propiedades analgésicas e antiinflamatorias.
Además es ideal para los amantes ya que es afrodisíaco.
El azafrán que se cultiva en Kozani, norte de Grecia, es una de las especias más caras del mundo (se la conoce como el “oro rojo” por su alto valor).
Esta planta está fuertemente ligada a la historia griega, ya que aparece frecuentemente en murales y dibujos de vasijas antiguas.
Se la usaba como infusión para combatir el insomnio y los efectos del consumo excesivo de alcohol.
Hoy es muy usada como especia debido a su original aroma y sabor.
También como colorante.
El azafrán tiene muchos beneficios para la salud y es usado como antioxidante y para prevenir enfermedades como el cáncer.
Contiene vitaminas, hierro, calcio, magnesio, potasio y licopeno.
En los tiempos antes de la invención de la heladera y los conservantes químicos, se debía usar el ingenio para hacer que el pan durara lo más posible.
Fue así que surgieron los bizcochos tostados de cebada, que en la antigüedad se llamaban dipyritis artos o pan tostado dos veces.
Hoy siguen siendo un clásico en las despensas griegas.
Se hacen de cebada porque este cultivo crece mejor en Grecia que el trigo.
Pero además de ricos y prácticos tienen un gran número de beneficios nutricionales.
Mantienen sano el sistema digestivo porque son una buena fuente de fibra, además de contener vitamina B, potasio, calcio y fósforo, entre otros.
Además ayudan a combatir la celulitis.
Es el ingrediente característico de la cocina de Creta, la isla más grande de Grecia.
Tiene un distintivo sabor amargo.
Se trata de una variedad silvestre de la Cichorium spinosum, planta que los antiguos griegos usaban como medicina.
Es un buen diurético, puede usarse como laxante suave y ayuda a limpiar el hígado.
También es una buena fuente de hierro, calcio, potasio, betacarotenos, vitaminas A, C y E, y posee antioxidantes y mucha fibra.