Entre los tés más conocidos a nivel mundial se encuentra el té verde, cuya elaboración es diferente según su país de origen.
Por ejemplo, entre los tés verdes de Japón –tan suaves y sofisticados- encontramos distintos tipos como el sencha, bencha, tencha, gyokuro, genmaicha, matcha, etcétera, que son producidos en la prefectura de Shizuoka, la zona donde se elabora más del 50% del té en este país.
Las razones por las que estos tés se han ganado el corazón no solo de los japoneses, sino del mundo, no son pocas: tienen componentes que moderan la función intestinal y la coronaria, refuerzan el sistema inmunológico, inhiben el aumento del colesterol y la presión sanguínea, estimulan el sistema nervioso central y previenen la caries; además poseen proteínas, antioxidantes y anticancerígenos.
Los tés verdes japoneses son cosechados y sometidos al vapor para prevenir su oxidación. Entre los más conocidos fuera de Japón están:
En realidad hay una gran variedad de tés japoneses que son producidos con técnicas muy especiales para darles un sabor único y auténtico.
Cada estilo de té tiene su propio tiempo de infusión y temperatura sugerida que resultará en una bebida que mostrará una gama aromática específica con características gustativas distintas.
Para los que gustan de un té suave y sutil recomiendo un gyokuro con una infusión a 60-65 grados centígrados entre 30 segundos a 1 minuto para la primera infusión (una porción de té nos puede dar repetidas infusiones). Notarás un licor verde brillante, opaco y con un carácter marino en boca con presencia de alga y notas de vegetales cocidos, terso y con notas ideales a umami con final de baja astringencia.
Algunos gyokuros de alta calidad mostrarán sabores dulces y muy suaves, con boca aterciopelada y astringencia casi nula.
Generalmente los tés verdes japoneses que saben amargos, muy astringentes o desagradables son porque fueron dejados descuidadamente en una tetera o jarra en contacto con las hojas del té.
¿Te apetece un matcha? Recuerda que este té es el resultado del molido de la hoja de té entera. Es ideal solo y sin azúcar. Para un resultado natural, mezcla polvo de matcha y agua caliente entre 65-75 grados; obtendrás un licor verde jade intenso y opaco.
Otra opción es hacer un batido en frío del polvo matcha con leche de almendras o coco y, sí, le puedes agregar azúcar. Esta es una bebida que proporciona gran energía para empezar la mañana o antes de realizar alguna actividad intensa.
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Claudia Zárate es sommeliere y tea master certificada en Estados Unidos.