En las mesas de restaurantes y hogares vecinos del Pacífico mexicano, especialmente en el norte, hay algo que nunca falta: la Salsa Huichol. En esta región de nuestro país, los pescados, los mariscos y las botanas no están completos sin una buena dosis de esta maravilla producida en Tepic y con una historia que comenzó en la década de los 30.
“Salsa Huichol inicia en una cantina”, cuenta don Roberto López, hijo del fundador de este clásico nayarita. La receta de la salsa fue creación de su bisabuela, quien la preparaba para la botana que ofrecía en la cantina El Milagro, ubicada en la capital de Nayarit.
Al morir la bisabuela, el abuelo de don Roberto, don Cayetano, fue el encargado de preparar la salsa, aunque solo para sus amigos y consumo propio.
“Cuando te toca, te toca”, dice don Roberto antes de contar la historia de cómo su papá, don Roberto López Flores, fue obligado por don Cayetano a aprender a preparar la salsa y a venderla.
Don Cayetano mandó a su hijo a comprar 1 kilo de chile cascabel y 40 botellas usadas de cerveza Pacífico. Don Roberto también compró un molino de nixtamal, molió todos los ingredientes necesarios y así elaboró las primeras 40 botellas. Después tomó su bicicleta y las ofreció a las fondas de la zona. Era 1949.
Así comenzó la historia de esta empresa 100% mexicana que hoy fabrica más de 100 mil botellas al día y que en 2014 comenzó a producir su propia electricidad para operar su planta totalmente automatizada en el municipio de Xalisco, en Nayarit.
Don Roberto producía y vendía todo. “Yo me acuerdo que mi papá se iba con 100 cajas de salsa hasta Hermosillo, en pura terracería. A veces le sobraban y se tenía que regresar con ellas”, cuenta don Roberto hijo, orgulloso de su padre.
Desde entonces, el encanto de la Salsa Huichol está contenido en cada uno de sus ingredientes 100% naturales y sin conservadores. El clavo de olor, la pimienta, el orégano, el comino, el vinagre de piña, los chilitos cascabel, también conocidos como cora… La receta que hoy conocemos es la misma desde los tiempos de la bisabuela de don Roberto López.
“Podemos cambiar de imagen en la caja, en la tapa, en la tecnología de producción, ¡pero la fórmula es intocable!”, asegura don Roberto. Esta fórmula lleva chile cascabel cultivado en la región volcánica nayarita, pimienta de Brasil, clavo de olor de Madagascar, comino de Irán, orégano de Durango y vinagre de piña de la comunidad de Ruiz, en Nayarit.
Don Roberto recuerda que vivían en un edificio donde el primer piso era la fábrica y el segundo la vivienda; aún recuerda cómo él y sus seis hermanos no podían dormir por el olor a chiles que inundaba las habitaciones. Hoy, todos sus hermanos se dedican a negocios distintos, solo él quiso continuar con el legado de su padre.
En el portafolios de sus delicias se encuentran la salsa original, la de limón –edición únicamente disponible en Cuaresma- y la de chile habanero, muy brava. Próximamente lanzarán una salsa negra con Huichol, soya y otros ingredientes que también, promete don Roberto, le irá de maravilla a pescados y mariscos.
¿Una razón más para viajar a Nayarit, León, Jalisco, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Coahuila y las Baja Californias? ¡La Salsa Huichol!