Si ya sabes cocinar, nunca está de más aprender los trucos de cocina de los mejores chefs del mundo, ¡al contrario! Durante septiembre te compartiremos tips y recetas del libro Los mejores trucos de cocina del chef Antonio Arrabal, finalista de la primera edición de Top Chef España, editado por Larousse.
Este libro es una joya porque Antonio te enseñará, paso a paso, las mejores formas de picar frutas y verduras, trocear y despiezar pollo, carne y pescados, preparar la mejor pasta, recuperar utensilios que al parecer ya eran inutilizables, mantener tus cuchillos afilados, organizar tu lista de compras y mucho más.
La semana pasada te compartimos el truco para que tus cebiches queden perfectos; ésta, te vamos a enseñar qué hacer para que tus verduras no pierdan color cuando las cocines. ¡Manos a la obra!
Uno de los problemas que presentan las verduras cuando se cocinan suele ser que pierden un aspecto que resulta muy apetecible: el color. Esto sucede por diversas causas. Una de ellas es la oxidación, que sucede cuando ya no tienen su capa protectora o piel y entran en contacto con el aire; lo identificas porque empiezan a ennegrecerse.
Otro de los factores es la sobrecocción. Cuando una verdura se cocina durante un largo tiempo, pierde su color natural, sobre todo aquellas que son verdes y que terminan siendo marrones. Color y calor no suelen llevarse muy bien, pero para eso existe un truco.
Para evitar la oxidación natural de las verduras, introdúcelas peladas en un tazón con agua y limón; también puedes sustituir el limón por perejil fresco.
Otra solución consiste en que lleves el agua de cocción a ebullición y cuezas las verduras. Una vez cocidas, pásalas a un tazón con agua y hielo para detener la cocción y evitar que siga cociéndose. De este modo tendrás unas verduras con un bonito y apetecible color verde.
No dudes en probarlo, porque aunque se trata de un truco que en las preparaciones del día a día familiar quizá no es habitual o te puede dar pereza, unas verduras presentadas con su auténtico color pueden resultar mucho más apetitosas. Los niños te lo agradecerán, y si preparas unas verduritas como acompañamiento en una fiesta familiar o una cena con amigos, también.