La cocina china, madre de todas las cocina orientales, es inabarcable, lo mismo que los restaurantes de Pekín. Estas son cinco propuestas que seguro no van a defraudar al viajero.
Precio medio sin bebida: 120€.
Este restaurante es el mejor ejemplo de cómo les gusta hacer las cosas a los chinos: ¡A lo grande! Un gran jardín con estanque de nenúfares da acceso a las terrazas y al salón principal de un edificio de cuatro plantas en el que se sirven un mínimo de 1000 menús diarios y cuenta con una carta de 400 especialidades a las que se añaden las propias de cada temporada, como por ejemplo el famoso mooncake (pastel de luna) propio del otoño.
Sí, los números en este país gigantesco son una auténtica locura, porque no estamos hablando de un menú del día o un self service, sino de un restaurante de alta cocina china contemporánea en el que se manejan woks de más 150 centímetros de diámetro, los más grandes que yo he visto jamás.
Lo más elegante es reservar mesa en un comedor privado (dispone de zona de estar y se permite fumar). No faltan las recetas con pepino de mar ni con avalón, pero es imprescindible probar el pato asado al estilo de Pekín. Un ave seleccionada (de menos tamaño que las que se ven en otros restaurantes) que se asa en un horno de leña (se puede ver bajo petición) y tiene muchas similitudes con el cochinillo, pues la piel queda crujiente y la carne jugosa. Se come dentro de obleas (cuanto más finas mejores, las de Dadong son transparentes) con cebolleta, pepino y salsa dulce (receta secreta de cada chef).
El procedimiento tradicional ha sido ligeramente modificado por Dadong, famoso por tener el mejor pato Pekín de todo el país. Para quien lo solicita, sirve la piel con caviar producido en China, un bocado delicado en el que la grasa del pato sustituye la mantequilla con la que suelen acompañarse las huevas en Europa. Destaca la refinada presentación de los platos, que manteniendo la esencia y el sabor de la cocina china se aproximan a la estética occidental contemporánea. Tremenda carta de vinos y licores. Una visita obligada.
El chef cuenta con 10 restaurantes en Pekín de diferentes categorías y una cadena de hamburgueserías, pero con pato Pekín en lugar de carne de vaca picada.
14 Di an men wai Av. Tel.: 640 42 554. Precio medio sin bebida: 50€.
Hacia el norte del parque Beihai los lagos continúan por el barrio de Xicheng. Junto al pequeño Puente del Lingote de Plata tallado en una sola pieza de piedra y desde donde se veían las montañas cuando Pekín no estaba asediada por la contaminación, se encuentra este restaurante halal especializado en barbacoa con corderos de Mongolia, que desde hace varias generaciones regenta la misma familia.
El secreto está en la última planta donde disponen de un salón privado con una barbacoa anexa, un cilindro de ladrillo con tapa de hierro en un espacio con magníficas vistas a las torres del tambor y de las campanas en el que el calor llega a ser sofocante.
Antiguamente estas comilonas estaban reservadas a los hombres, quienes con una toalla por toda vestimenta se reunían alrededor de la barbacoa para dar buena cuenta del cordero picado finísimo, al que se añade ajo, cilantro y huevo y se come al gusto, más o menos hecho, aunque bien dorado resulta delicioso, acompañado de tiras de pepino. Una experiencia absolutamente singular.
Hotel Grand Hyatt Beijing. Precio medio sin bebida: 90€
Solo por disfrutar del espectáculo de sus tres cocinas vistas merece la pena reservar en el restaurante del chef Martin Wa Ayong. Tres cubos de cristal en mitad del comedor, de tal forma que sentado en la mesa puedes ver cómo se asan los patos en el horno de leña, se preparan los dimsum y se condimentan guisos de carne o pescado. Todo un espectáculo que trata de resumir el inabarcable recetario chino, al que además se añaden platos ideados por el chef con los ingredientes más caros y exclusivos de China: nidos de golondrina, avalones, pepinos de mar. Buena carta de tés.
10 Yong’an Xili (junto a Jiangoumenwai). Tel. 65673663. Precio medio sin bebida: 25€.
Este restaurante te transporta al antiguo Pekín: interior de madera y tejidos granates. Está situado en una casa tradicional con patio central donde se distribuyen las mesas y unas cuantas jaulas con pájaros y una planta superior.
Recetas sabrosas de cocina tradicional china, algunas procedentes de los antiguos recetarios de los emperadores manchúes. Interesantes las espinacas con salsa (una lasaña de hojas de espinaca), la carne con salsa de miel y los bollitos rellenos de carne picada. Muy frecuentado por público local y turistas chinos, a las hora punta es normal hacer cola. Las camareras no hablan inglés, pero la carta tiene fotografías. No aceptan tarjetas de crédito occidentales (ocurre con frecuencia).
87 Shin Kong Pl. 6º Planta. Jianguo Lu. Te.: 65531536. Precio medio sin bebida: 15€
Cadena taiwanesa de dumplings que está extendida por todo el país. Destaca por la regularidad de las preparaciones, porque las localizaciones no tienen nada de especial. Lo mejor tal vez no son las masas sino los jugosos rellenos de sus jiaozi (nombre que reciben los ravioli de masa de trigo en Pekín). Los más famosos son los xiaolongbao, raviolis rellenos de carne de cerdo, cerdo y gambas, o verduras, con caldo en su interior que se preparan al vapor dentro de los típicos cestillos de bambú. Hay que tener cuidado al comerlos con palillos para no pincharlos y que se salga el caldo.