Los aztecas conquistaron el imperio totonaca recibiendo como tributo la vainilla o tlilxochitl, como ellos le llamaban en náhuatl, que significa “flor negra”.
Tlilxochitl, como ellos le llamaban en náhuatl, que significa “flor negra”
México fue durante mucho tiempo el gran productor mundial de vainilla, aunque hoy compite con Java. Veracruz es el estado productor por excelencia de la aromática vaina, especialmente en los municipios de Papantla de Olarte, Martínez de la Torre, Gutiérrez Zamora, Tecolutla y Poza Rica de Hidalgo, mientras que en Puebla se cultiva en las zonas de Cuetzalan del Progreso, Xochitlán de Romero Rubio, Ixtepec, Caxhuacán y Huauchinango.
Sin embargo, y para fines prácticos, la única con denominación de origen es la de Papantla, población a la que en su momento se le conoció como “La ciudad que perfuma al mundo” por el característico olor de la vainilla seca se podía percibir a kilómetros cuando las vainas se secaban al sol.
“La ciudad que perfuma al mundo” por el característico olor de la vainilla seca se podía percibir a kilómetros
Aunque existen más de 110 especies de plantas de vainilla en el mundo, que pertenecen a la familia de las orquidáceas, sólo cinco son productoras de la vaina que sirve para la elaboración de extractos aromáticos.
El cultivo de la delicada vaina implica mucha mano de obra, por lo que su producción es casi artesanal y por ende costosa. Por ello no sorprende que existan tantas imitaciones o versiones sintéticas de su extracto o esencia, por lo que vale la pena abrir el ojo y la nariz.
Acá unos consejos para que la identifiques y compres la que gustes, pero sabiendo qué te ofrecen: