A lo largo y ancho de nuestro territorio crecen 64 razas de maíz, de las cuales 59 se consideran nativas. La biodiversidad de este cultivo lo coloca en la base de la alimentación mexicana.
Para celebrar este alimento tan arraigado a nuestra cultura, en Animal Gourmet hacemos un recorrido por los siete grupos en los que CONABIO clasifica las razas de maíz para su estudio.
Acompáñanos a disfrutar de esta quinta entrega.
Las razas de este grupo se cultivan en terrenos del trópico seco y regiones semiáridas de nuestro país, particularmente en las zonas bajas e intermedias.
Su ciclo corto de maduración permite disponer de los granos de estas razas de manera prematura, por lo que se destinan a usos especiales como el “atole nuevo” y los típicos totopos del istmo.
A este grupo pertenecen cuatro razas.
Se considera una de las razas más antiguas de México.
Esta raza tiene mazorcas de granos cristalinos y semi-dentados de color amarillo y blanco, aunque algunos de ellos son azules y rojos. Se trata de una de las razas más precoces en maduración.
Es cultivada en la península de Yucatán y algunas zonas de Oaxaca y Chiapas. Se utiliza principalmente para atole, elotes y dulces, así como tortilla y pozol por su proteína de buena calidad.
Se cultiva para tener grano cuando otros tipos de maíz aún no maduran.
Sus plantas son bajas, de mazorcas cortas y con un bajo número de hileras con granos semiharinosos. Es una raza endémica de la planicie costera del Istmo de Tehuantepec, base de la alimentación de zapotecas y mestizos de la región.
Es usada principalmente para hacer los típicos totopos del Istmo, preparar elotes, atole y tortilla.
Es una de las razas con mayor proteína que resiste al viento, al calor, a enfermedades foliares y al gusano cogollero.
Por su pronta maduración, es conocido como “tresmesino” o “maíz tempranero”. Las mazorcas son delgadas y semicilíndricas, de grano cristalino a semidentado cuya coloración varía del azul al blanco.
Se adapta muy bien a suelos delgados de las regiones costeras y laderas del trópico seco o tierra caliente de Oaxaca, Guerrero y Michoacán.
Se adapta al clima subtropical y a zonas semidesérticas con áreas de temporal y riego. Las mazorcas son semicilíndricas de grano dentado y semidentado de color blanco, aunque se encuentran tonos amarillos y azul oscuro.
Se cultivan en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí, aunque también se ha encontrado en zonas de Veracruz, Guerrero y Morelos.
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