En México, pensar en vino es pensar en Baja California y el Valle de Guadalupe; tal vez en Querétaro y sus municipios de Tequisquiapan y Ezequiel Montes. Sin embargo, otros 13 estados de nuestro país también son productores de esta bebida, entre ellos Guanajuato. Enclavado en el municipio de Dolores Hidalgo -conocido por la Independencia mexicana y por sus maravillosas, múltiples y extrañas nieves de sabores- está el viñedo y la vinícola Cuna de Tierra, propiedad de Ricardo Vega, y cuyo enólogo es el multipremiado Juan Manchón.
Más allá de sus callejones, del cerro del Pípila, de la imponente Universidad estatal, San Miguel de Allende, sus catedrales y múltiples museos, o León y su fama por ser productor de piel, Guanajuato también es tierra de vino.
El vino llegó a México con los conquistadores españoles, quienes plantaron cepas en varias regiones del país. Años después, Felipe II ordenó la destrucción de los viñedos mexicanos como medida proteccionista hacia los españoles. La recuperación ha sido lenta, pero segura. Hoy, la vinicultura comienza a resurgir en las regiones que sufrieron años atrás.
En las 32 hectáreas de viñedos de Cuna de Tierra se plantan uvas Syrah, Merlot, Cabernet Franc, Cavernet Sauvignon, Petit Syrah, Malbec, Tempranillo, Nebbiolo, Semillón, Sauvignon Blanc y dos mezclas especiales. Además, uva de mesa -hacen una bebida con ella llamada Mistela- y olivos.
La historia de la Bodega Vega Manchón, el nombre formal de Cuna de Tierra, es exitosa. En 2008 empezó con dos barricas y ahora tiene 200. En el último año vinificó 90 toneladas de vino y lanzó 70 mil botellas a la venta. Su objetivo es producir 120 mil botellas anuales, todas de calidad excepcional, no más.
Para disfrutar con mayor intensidad los vinos de Cuna de Tierra es necesario saber que todos pasan por barrica mínimo un año –tienen húngaras, americanas y francesas-, no utilizan químicos ni acelerantes, vienen con corchos naturales y buenas etiquetas.
En su catálogo hay cinco tintos, un blanco, un rosado y uno de mesa, los cuales han ganado medallas en el Decanter World Wine Awards, Les Citadelles du Vin y otras competencias.
Y como la mejor compañía de un buen vino es una buena comida, Cuna de Tierra ofrece al visitante no solo la experiencia de conocer el viñedo, la vinícola y catar vinos, sino de cosechar sus propios ingredientes –tiene un huerto con hierbas de olor, fresas, frambuesas, alcachofas, espárragos y otros vegetales-, cocinarlos con el chef Ricardo Rafael y disfrutar de una comida maridaje de seis tiempos.
Comer aquí es una verdadera sorpresa. El comensal se pone total y absolutamente en manos del chef Ricardo Rafael y su equipo, quienes cocinan con los productos disponibles del día. Todo es fresco, desde el pan elaborado con masa madre en sus hornos hasta la excelsa mantequilla de elote amarillo. Los vinos que se degustan en la comida son el rosado, el Torre de Tierra Blanco, el Torre de Tinto, Cuna de Tierra Shiraz, Pago de Vega y de postre el Mistela.
Este viñedo es parte del circuito del vino en Guanajuato, el cual corre por toda la Sierra de Santa Rosa desde el pueblo de Dolores Hidalgo hasta San Miguel de Allende.
El circuito comprende siete viñedos y vinícolas -Cuna de Tierra, Rancho Toyán, Bodega Dos Búhos, Viñedos San Miguel, San José de la Vista, Santísima Trinidad y la Vinícola Bernat- y todos están abiertos al público para disfrutar de catas, talleres, recorridos, degustaciones y comilonas.
¿Cómo llegar?
Dirección: Carretera Dolores Hidalgo – San Luis de la Paz Km.11.5, Rancho el Rosillo, 37800, Dolores Hidalgo, Guanajuato.
