En el Valle de Parras, la Hacienda San Lorenzo resguarda más de cuatro siglos de historia. Desde hace 420 años este lugar alberga la vinícola más antigua de América, Casa Madero, que en 2016 se reinventa con un cambio de imagen que hace honor a sus memorias.
Las paredes de la casona y los manuscritos de su fundación fueron fuente de inspiración para el rediseño de la imagen de esta vinícola. Su diseño elegante y moderno es el puente que une la herencia de la casa con la innovación en sus viñedos.
Bajo el lema “Nuestra historia es nuestra nueva imagen”, el color blanco inunda no sólo el casco de la Hacienda, sino cada una de las etiquetas en las que, además, se plasman las texturas de sus paredes.
Las paredes de la Hacienda inspiraron las texturas y color de las etiquetas. // Foto: Casa Madero
Los textos que las acompañan son extractos del Libro de Las Mercedes, documento que da fe del establecimiento de Casa Madero en 1597 como casa productora de vino y brandy por la Corona Española. Algunos extractos, sellos y firmas presentes en este antiquísimo archivo ahora forman parte de las botellas.
Las etiquetas contienen extractos del Libro de las Mercedes. // Foto: Casa Madero
Pero la nueva imagen no es lo único que hay que celebrar. La constante calidad de sus vinos ha hecho a Casa Madero merecedor de 596 medallas y reconocimientos internacionales, esto se debe a que, de acuerdo con Brandon Milmo, codirector de la vinícola, la inversión en la salud de los viñedos y en nueva tecnología para la producción aumenta año con año.
Ejemplo de esto son las dos nuevas etiquetas, dos vinos hechos a base de uvas orgánicas que vieron la luz luego de 11 años de trabajo. Tanto el Chardonnay blanco como el Cabernet Sauvignon tinto representan menos del 10% de la superficie de los viñedos, sin embargo, Casa Madero planea cerrar el año con 75 hectáreas de viñedo orgánico y seguir apostando por la sustentabilidad.
Once años de trabajo dieron como resultado dos vinos orgánicos. // Fotos: Casa Madero
Otra de las grandes apuestas de la vinícola es el turismo enológico. En un par de años, el casco de la Hacienda será transformado en un hotel boutique que hospedará a quienes busquen visitar esta casa para conocer los secretos del viñedo.
No cabe duda, luego de cuatro siglos, Casa Madero aún escribe su historia con trazos fuertes que los llevan a ser una de las vinícolas más importantes de México y de todo el continente americano.
