Existe algo mejor que un puerco bebé con su trompita rosada olisqueando todo lo que encuentra a su paso y con esa colita retorcida?
La respuesta es sí: un cerdito peludo.
El mangalica es una raza que bien podría ser un híbrido de nuestros tres animales favoritos. Es un cerdo –sí, un futuro trozo de tocino y deliciosa carne–, se comporta como un perro –puede ser una leal mascota– y por si fuera poco es lanudo como un tierno y pachón borrego.
Originaria de Hungría, esta raza de cerdos se caracteriza por tener una abundante y lanudo pelaje durante la temporada de invierno. El resto del año, los mangalica lucen unas cerdas rubias y ensortijadas que los hace lucir igualmente encantadores.
Además de su característico pelaje, estos bellos porcinos son muy apreciados por el alto contenido graso en sus cuerpos, lo que los hace ideales para engordarlos y obtener delicias cárnicas de sus cuerpos como tocino o jamón. Tal cantidad de grasa, superior a la de los cerdos usados para alimentación, provoca que la carne y los embutidos producidos con esta raza conserve sus propiedades por más tiempo y su sabor se concentre, pues puede madurarse por más tiempo concentrando así su sabor.
Curiosamente, su gran cantidad de grasa, superior al 70% de su cuerpo, ocasionó que estuviera en peligro de extinción. De ser un animal abundante, del cual se obtenía grasa para cocinar, fabricar, velas, cosméticos y hasta explosivos, su uso disminuyó después de que la ciencia señalara que el consumo de grasas de origen animal son malas para el organismo humano.
Lógicamente, al no ser un animal deseable para consumo –y aunado a su largo tiempo de engorda y cuidados especiales para su crianza– provocó que los granjeros y ganaderos vieran al cerdito peludo como un gasto más que una inversión y decidieron dejar de criarlo. Tras décadas de bonanza en el mercado de los mangalica, la población disminuyó de tal forma que a principios de 1990 sólo existían 198 ejemplares de este cerdo peludo.
Esto llamó la atención de un genetista, Peter Toth, quien retomó la crianza de esta especie tras la caída del Muro de Berlín y 20 años después logró que la población de los cerdos mangalica llegara a los 50 mil ejemplares. Irónicamente lo que salvó a esta raza de porcinos fue ser usados para preparar delicioso tocino y ser comidos.
Por nuestra parte, tenemos sentimientos encontrados: no sabemos si adoptarlo como mascota y acariciarlo o devorarlo, algo que en cualquier caso suena igual de divertido (o delicioso).