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Gastromotiva llega a México para acercar a personas vulnerables a la cocina

Por Mayra Zepeda

Hace 10 años, Uridéia Andrade vivía en una favela de Brasil, donde siempre escuchó que no podía soñar por ser pobre, por ser gorda, por ser huérfana. Pero hoy, Uridéia tiene una empresa de banquetes. Ella dice que su destino fue distinto al de su hermano –quien murió por consumir drogas- por una sencilla razón: a ella le dieron una oportunidad de salir adelante y la tomó. Esa fue la diferencia.

Esta oportunidad se la dio Gastromotiva, el proyecto del chef brasileño David Hertz orientado a acercar a la cocina a personas en situaciones vulnerables, como jóvenes con bajos recursos, presos o migrantes.

Después de viajar siete años por varios países, vivir, conocer y comer, David Hertz regresó a Brasil a estudiar cocina. Este chef brasileño se dio cuenta que la gastronomía podía ser un agente de transformación e inclusión social.

En 2006, David renunció a su trabajo en un restaurante de Sao Paulo y decidió enseñar a cocinar a cinco jóvenes de los suburbios en su propia cocina, gratis. Así nació Gastromotiva, el primer proyecto brasileño enfocado en utilizar los alimentos, la gastronomía, la cocina, como una herramienta para promover la educación, el empleo y la generación de ingresos entre personas en situaciones vulnerables.

Diez años después, el proyecto que dio una oportunidad a Uridéia y que ha beneficiado a más de 85 mil personas en Sao Paulo, Río de Janeiro y Salvador, llega a México con el mismo propósito: acercar a personas en situaciones vulnerables a la cocina.

Por primera vez, Gastromotiva cruza fronteras. ¿Por qué en México? “Es un país muy similar a Brasil, tanto en el perfil socioeconómico y sus grandes desigualdades, como en la formación multicultural, teniendo lo culinario y lo gastronómico como uno de sus pilares culturales más fuertes, parte de su patrimonio nacional”, dice el chef David Hertz.

Gastromotiva llega a México de la mano de Alejandro de la Peña, socio del Grupo Son –propietario de varios restaurantes en el país, entre ellos La Docena, en la colonia Roma- y Aliat Universidades, dueño de los planteles del Corbuse Instituto Gastronómico.

El proyecto piloto del taller de formación profesional de cocina empezará en abril en las instalaciones de Corbuse en Coacalco, Estado de México, una localidad “marcada por una numerosa población en condiciones de pobreza, según datos del Coneval”, dice Gastromotiva.

Además, también implementará el proyecto Trabajo de Acción en Comunidades (TAC), el cual consiste en que los alumnos del taller de cocina transmitan lo aprendido a sus propias comunidades. En nuestro país, los temas estarán enfocados a una nutrición sana y la prevención de la obesidad infantil.

El chef David Hertz con alumnos de Gastromotiva en Brasil. // Foto: gastromotiva.org

El chef David Hertz con alumnos de Gastromotiva en Brasil. // Foto: gastromotiva.org

Gastromotiva en Brasil

 Hoy, la organización de David Hertz recibe a hombres y mujeres de 17 a 35 años de edad con ingresos familiares de hasta tres salarios mínimos, no calificados, pero con potencial y gusto para la cocina.

Estos son los proyectos que funcionan en su país:

*Capacitación en cocina: está financiado por empresas, fundaciones, institutos, gente del medio gastronómico y personas de a pie que creen en el proyecto. Después del entrenamiento se apoya a los alumnos a encontrar trabajo.

*Trabajo de Acción en Comunidades (TAC): los estudiantes del taller de capacitación de cocina comparten con sus comunidades lo aprendido en Gastromotiva. “Así se multiplica el conocimiento y contribuyen a la transformación de las vidas de los demás”.

*Gastronomía en cárceles: En 2010, el asistente del juez de asuntos internos de Sao Paulo buscó al chef Alex Atala -dueño del restaurante D.O.M- para preparar un curso de cocina en las prisiones. Atala, al mismo tiempo, invitó a David Hertz, “pionero de la gastronomía social”, para crear el proyecto.

Después del éxito del piloto en marzo de 2011, en 2012 y 2013, el juez, David Hertz y Alex Atala buscaron recursos para que las clases de cocina formaran parte de una política pública en las prisiones.

Así, entre diciembre de 2013 y agosto de 2014, 60 mujeres y tres empleados de la Penitenciaría de Mujeres de la Capital completaron el curso. De ellas, ocho que cumplieron su pena o que entraron en régimen semiabierto continuaron con su formación en Gastromotiva. De ellas, tres ya trabajan en el área de gastronomía.

Gastromotiva busca un acuerdo con la Secretaría de Administración Penitenciaria de Brasil para continuar con las clases.

*Curso de emprendedores: capacitan a personas de bajos recursos que estén interesadas en iniciar un negocio en confitería y panadería; los ayudan a estructurar esfuerzos en sus comunidades para que generen empleo además de ingresos.

Después de siete años de Gastromotiva en Brasil, “los chefs brasileños empezaron a llamar. La transformación fue cuando ellos abrazan Gastromotiva, invierten y de ahí nos convertimos en una red de más de 100 chefs”, explicó Hertz durante la presentación del proyecto en el restaurante La Docena en la ciudad de México.

“Vamos a hacer una gran revolución porque la cocina puede ser la mayor herramienta de cambio social. Si lo hemos hecho en Brasil por diez años, me pregunto ¿qué podemos hacer en México ahora?”