Nos hace felices no solamente la buena cocina sino el amable servicio. Nos genera una sonrisa no sólo el aperitivo correcto sino el vaso bien escarchado, la estética del lugar, la silla cómoda y la servilleta bien puesta. Kaye, de Pedro Martín, en la Colonia Condesa de la Ciudad de México es bueno, es amable y es estético.
Pedro nació en las españolas Islas Canarias y su carrera ha sido importante en su país de origen y después en México, trabajó de la mano de cocineros como Martín Berasategui en el País Vasco, y después con Juan Mari Arzak con quien vino después a México para hacerse cargo de Tezka por algunos años. A partir de su llegada a México, las iniciativas de Pedro Martín han sido exitosas, Jaleo, Bar de Tapas, El Secreto de Polanco, un par de restaurantes en Veracruz y ahora Kaye, cocina sin reglas, como él mismo la describe.
Fuimos de día, y nos dieron ganas de regresar de noche. Abrimos boca con un coctel de mezcal muy refrescante de nombre “tacones rojos” y varias opciones de entradas, unas croquetas de bacalao muy bien hechas, con aquélla perfecta combinación entre lo crocante y lo cremosos del interior. Los platos se sirven en innovadoras vajillas que juegan entre el barro bruñido o geométricas piezas de laja que servían las entradas y que daban paso a lo que fue una gran comida.
Con objeto de dar cuenta a lo que es frescura y diversidad en ingredientes, probamos una ensalada de jitomates de colores, tamaños y orígenes distintos, desde chirríes hasta sabores dulces de jitomates más sofisticados, con queso de Ocosingo, buenísima. Kaye está bien puesto, lleno de luz y con una muy agradable cercanía hacia las calles de la colonia Condesa. Las mesas de la ventana son las más atractivas.
Entre los platos “para empezar”, un tiradito de atún curado al romero y un tratar de trucha bicolor, maravillosos. La pesca del día fue gloriosa (los españoles tienen magia al cocinar pescados) con un escolar “en carnaval” con puré de manzana asada y papa confitada con vainilla.
El pulpo a las brasas -un plato común en una carta pero no sencillo de elaborar al modo que realmente se aprecia-, con papas arrugadas y mojos canarios muy bien logrado y no dejen de pedir como guarnición los pimientos de padrón que lo mismo de entrada que de acompañamiento a cualquier otro plato, alegran.
La parrilla ofrece muy buenos cortes de distintos tamaños, sabores y añejamiento y el lechón es un imperdible. Casi olvidamos mencionar un plato de “fish & chips” que nos emocionó, cocina sencilla y consentidora, sin pretensiones, con un rebozado muy bien logrado y mayonesas caseras llenas de sabor.
El restaurante tiene varios niveles entre pisos, hay incluso un privado y mesas de todos tipos para cada ocasión. Se antojan las mesas que se encuentran inmediatamente en la entrada, altas de tipo bar, con una barra atenta y con un servicio igualmente amable. Que las alas que decoran Kaye sean unas de mucho movimiento, porque ahí hay técnica, esencia, y mucho cariño.
Dirección: Alfonso Reyes #108, Col. Condesa
Teléfono: 7045 1722
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