Cada día cientos de miles de personas se deciden a perder kilos de más y para ello recurren a algunas de las numerosas dietas que existen.
Contar calorías, dietas basadas sólo en la ingesta de proteínas o de alimentos bajos en grasa… hay muchas opciones.
Sin embargo, esto no siempre funciona y la razón es que cada individuo responde de forma muy diferente a los alimentos que consume.
Por eso, científicos del Instituto Weizman de Israel crearon un algoritmo que, según dicen, predice con exactitud cómo el organismo de diferentes individuos responde a los alimentos y por lo tanto cuál es la dieta más adecuada para ellos.
El doctor Eran Segal, uno de los investigadores, explicó que el algoritmo predice “con alto nivel de confiabilidad” cómo el cuerpo reacciona a los niveles de glucosa en la sangre.
Estos niveles de glucosa son fundamentales para el control del peso y la diabetes, y están vinculados a muchas otras enfermedades, según los investigadores.
Segal le dijo a la BBC que para ello realizaron un estudio entre 800 personas, cuyos niveles de glucosa fueron monitoreados cada 5 minutos durante una semana.
“Durante esa semana, los participantes en el estudio registraron todos los alimentos que consumieron mediante una aplicación de internet que desarrollamos específicamente para esta investigación”, señaló.
A los participantes se les dio comidas idénticas, y adicionalmente se les permitió comer alimentos que habitualmente consumen.
“Encontramos diferencias significativas en cómo los individuos responden a la ingesta de alimentos”, dice Segal.
A algunos se les disparaban los niveles de glucosa en la sangre cuando consumían pan blanco, incluso mucho más que si comían azúcar.
Mientras tanto en otros individuos, explicó Segal, los niveles de glucosa se mantenían inalterables.
Por eso, “gente que está siguiendo las mismas dietas pueden tener respuestas muy variadas”.
“Esto puede tener un efecto importante en el control y manejo del peso y potencialmente también en el desarrollo de ciertas enfermedades”, dijo Segal.
Con base en esa información se creó un algoritmo para tratar de predecir cómo una persona determinada va a reaccionar a la ingesta de ciertos alimentos.
En la siguiente fase del estudio, se hizo una segunda prueba con 100 individuos más a los que se les midieron los niveles de glucosa, pero esa información no se imputó en el algoritmo.
“Lo que tratamos de determinar con la prueba es si el algoritmo podía predecir esos niveles de glucosa a partir de la información personal del individuo, la ingesta de comida y las bacterias presentes en sus intestinos”, detalla Segal.
La conclusión, según dijo, es que “el algoritmo predijo con alta precisión cómo esas personas respondieron”.
Ya muchos otros estudios habían abordado cómo cada individuo responde de forma diferente a los mismos tipos de alimentos.
Según Tim Spector, profesor de epidemiología genética del King’s College de Londres, Reino Unido, y autor del libro “El mito de las dietas”, es por esto que muchas dietas estándares basadas en la reducción de calorías y de grasas son “completamente erradas”.
“Lo que esta última investigación está mostrando es que cada organismo es muy diferente. Algunas personas pueden comer carne sin ningún problema, otros pueden aumentar sus riesgos de problemas cardíacos por el consumo de carne”.
Spector sostiene que más importante que la ingesta de calorías y los niveles de glucosa en la sangre son los niveles de bacterias presentes en los intestinos de la persona.
“Cada uno de nosotros tiene una huella única en términos de los microbios que nos ayudan a digerir la comida, a producir enzimas y vitaminas y que ayudan a nuestro sistema inmunológico”
Según Spector, si tomamos en cuenta nuestra flora intestinal, podemos tener dietas personalizadas que pueden garantizar una mejor salud.
Pero, ¿tiene este algoritmo desarrollado por el Instituto Weizman de Israel la clave para una dieta perfecta?
“Un algoritmo basado en información de una población específica puede ser bueno pero no es perfecto”, responde Spector.
Si una persona quiere tener su dieta personalizada idealmente puede hacer su propio experimento.
Por ejemplo, midiendo los niveles de glucosa en su sangre mediante un parche electrónico conectado a su teléfono, tomando una muestra de diferentes comidas durante una semana y midiendo cómo los niveles de glucosa responden y cómo responden los microbios de su flora intestinal.
Con esta información se puede determinar con precisión cuál es la dieta más adecuada para una persona.
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