Los vinos de apellido Pétrus son considerados entre los mejores caldos del planeta. Los expertos aseguran, casi en general, que los vinos de esta casa —de color y aroma intensos— tienen un equilibrio superior al de cualquier otro vino de Burdeos, la zona donde se encuentra Pomerol, región que ve nacer este famoso, caro, popular y espectacular vino francés.
En México, una botella de 750 mililitros de la añada 2011 tiene un precio de 48 mil pesos. Una botella de la cosecha de 2004 se cotiza en 55 mil pesos en nuestro país.
Château Pétrus es hoy uno de los más apreciados —y también más caros vinos del mundo— por lo que vale la pena conocer algunos datos que deben saberse sobre su historia, sabores, añadas y cosecha. Porque diario se aprende algo nuevo, aprovecha hoy
Los vinos de esta vinícola de Burdeos se elaboran casi completamente con la uva Merlot, aunque tiene también incluyen un porcentaje pequeño —alrededor del 5%— de la varietal Cabernet franc.
Pétrus existe desde el siglo XVIII pero no fue sino hasta 1945 que comenzó a emerger de la oscuridad y así a tener una enorme apreciación. La familia Kennedy —una de las dinastías políticas más representativa de Estados unidos— fue un factor clave en la promoción de Pétrus durante las décadas 50 y 60, pues además de ser verdaderos francófilos gustaban mucho de beber este vino, lo que sumó a su popularidad.
El viñedo de Château Pétrus tiene solamente 11.4 hectáreas sembradas —casi 2.5 veces el tamaño de la plancha del Zócalo— y cada una de ellas cuenta con un número no necesariamente importante de vides plantadas.
Las uvas son recogidas a mano y tratadas con especial labor artesanal en el proceso de vinificación de las mismas. Al mismo tiempo, el castillo Pétrus ha utilizado tecnología y vanguardia en su producción cuando, por ejemplo, se encuentra demasiada humedad en un año específico y utilizan helicópteros para generar viento adicional para refrescar y secar la uva.
La producción anual de Petrus es pequeña si se compara con la popularidad del vino pues se producen, en buenos años, más o menos dos mil 500 cajas. Lo anterior hace aún más atractivo el vino y también hace que sus precios crezcan en añadas, en miles de euros por botella.