Originario de Etiopía, donde se empezó a cultivar desde el siglo XV, el café pertenece a la familia botánica de las Rubiáceas. El nombre científico del grano es Coffea arabica y se trata de una drupa conocida como cereza, fruto del cafeto.
También desde África se expandió la bebida producida por el grano del mismo nombre debido a que la comunidad musulmana no consume bebidas alcoholicas y ésta la producía un sopor delicioso que distendía la lengua y hacía fluir las conversaciones. Los árabes llevaron el consumo a lo largo del Oceano Índico por todo el Medio Oriente y el norte de África, tratando a toda costa de mantener el monopólio del cultivo del cafeto. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron resultado pues se cultivó en el sudeste asiático y en el Caribe; de ahí a otras partes del mundo donde se transdomesticó.
A Europa llegó, sobre todo, por Italia, nación que tiene una importantísima cultura del café a pesar de que no produce un solo grano. Sin embargo, bebidas como el capuccino o el espresso van ligadas a su forma de consumirlo. En Medio Oriente se acostumbró a tomarlo con especias como el cardamomo.
En 1790, el cafeto llegó a México procedente de Cuba gracias a Antonio Gómez, quien posteriormente se decidaría a cultivarlo en Veracruz. Por la topografía, altura, climas y suelos del país se han logrado granos excepcionales como el ya mencinado grano veracruzano o el de Chiapas, cuya producción cuenta con denominación de origen desde 2000 y 2001, respectivamente. Eso sí, en territorio nacional también se produce café excepcional en estados como: Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Tabasco. Actualmente México es uno de los mayores productores de café del mundo y el primero en café orgánico.
El aporte nutrimental de 100 gramos de café molido es de 25 kilocalorías y 20 gramos de proteínas.
En México se consume el café negro o americano, el capuccino y el espresso; sin embargo, uno de los más populares es el café de olla, que siempre va acompañado de canela y piloncillo. Otro muy socorrido es el “lechero”, el cual se elabora con un concentrado de café al que después se le adiciona leche y azúcar y que suele servirse en los cafés de chinos. De igual forma, en todo el país existen licores y muchos postres que tienen el sabor del café, dulces, galletas y, pasteles.
En inglés: coffee. En francés: café.
La receta que a continuación se presenta fue tomada del libro de La cocina veracruzana de Ana Laura Delgado y María Stoopen. El libro señala que la receta es de Dulce María Dauzón, de Xalapa, una región cercana a la afamada tierra de Coatepec donde se produce café de gran calidad.
Ingredientes
Preparación
Hervir la leche y dejar enfriar. Batir los huevos con un poco de leche, añadir completamente y mezclar con el azúcar y la vainilla hasta disolver.
Agregar el extracto de café. Revolver y colar por una tela abierta.
Consejos:
Nota importante: La riqueza nutrimental de los ingredientes consignados en cada cédula, no radica en el contenido total de nutrimentos o en la cantidad específica que aportan de vitaminas y/o minerales (micronutrimentos) sino en su combinación en el consumo, lo cual origina platillos de un alto valor nutrimental.
La información nutrimental fue proporcionada por NUTRICANAH: María del Carmen Suárez Solana y Giovanna Ortega Rivero. La supervisión botánica de Edelmira Linares Mazari y Robert Bye, etnobotánicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).