Su forma es peculiar, su consistencia es única y las posibilidades de relleno infinitas. Sí, nos encantan los bagels, aquéllos panes hoy tan populares en el este de Estados Unidos que llegaron tras el exilio de judíos europeos en la segunda guerra mundial.
Respecto de su origen, la leyenda cuenta que el bagel nació tras una derrota otomana en la guerra en el Siglo XVII contra Austria y fue cuando un panadero austriaco, haciendo homenaje al rey de Polonia en la derrota a los otomanos, hornea el primer bagel que, al parecer, cobra forma circular pues se asemejaba a los estribos de la silla de un caballo, una afición especial del rey.
La corteza dura y brillante que los caracteriza se consigue hirviendo los bagels antes de hornearlos y, para darle toque personal, una vez pitados con huevo, los bagels se pueden espolvorear de ajonjolí o semillas de amapola. Una delicia.
Mezclar en un bowl sal, azúcar y harina y hacer un hueco en el centro. Añadir la mezcla de levadura e incorporar la harina poco a poco hasta formar una pasta. Continuar trabajando la masa hasta que se despegue con facilidad de las paredes del recipiente.
Amasar 10 minutos hasta obtener una masa incorporada, aunque no es muy suave. Si se considera necesario, mojar las manos en agua para que el resto de la harina se incorpore. Dejar reposar en el bowl con un trapo húmedo por encima a temperatura ambiente 45 minutos, hasta que haya doblado su volumen. Poner a hervir una cacerola grande con agua.
Amasar entonces nuevamente la masa unos 8 minutos hasta que haya perdido todo el aire que tenía dentro y dividirla en 10 porciones. Con cada parte, hacer pelotas iguales y con el dedo hacer un agujero en el centro de cada una, estirando la masa para que el agujero sea como de 2 centímetros de diámetro y colocar sobre charola. Dejar reposar 15 minutos adicionales.
Cuando el agua esté hirviendo, cocinar los bagels, un minuto por cada lado y retirarlos para colocarlos en una charola para hornear con papel aluminio en la base. Glasear cada bagel con huevo batido y se hornean de 25 a 30 minutos a 180 grados C o hasta que esté doraditos.