Cuando estén cortos de ideas para una entrada o estén buscando una botana diferente e innovadora, pensemos en ingredientes menos cotidianos, llenos de sabor y, en este caso, de textura y untuosidad para hacer un gran mousse: erizo.
Si no lo han probado les recomendamos ampliamente que se animen a hacerlo, lo pueden comer crudo directamente sobre un pedazo de pan, pero también pueden hacer recetas más complejas como este mousse de erizo.
Para volver el mousse aún más mágico se prepara con un poco de crema y gelatina, y los tonos cítricos de la vinagreta resaltan ese sabor que hace que cada bocado sea una ola de mar. Disfruten.
En un recipiente pequeño poner la grenetina junto con el caldo de verduras y dejar que se humedezca por completo. Una vez que este bien hidratada llevar el caldo al fuego para que se disuelva, después reservar.
Batir la crema hasta obtener picos suaves. Pasar el erizo por un tamiz para hacer un puré, revolver de forma envolvente con la crema.
Batir las yemas de huevo junto con la sal, jugo de limón y mezclar con el caldo tibio, siempre batiendo, regresar la mezcla al fuego y moviendo constantemente cocinar hasta que la mezcla llegue a los 70 grados C. Cuidado, es importante no dejar de mover para que el huevo no se cuaje.
Sacar la mezcla del fuego y llevarla a un baño maría invertido, es decir poner la mezcla en un recipiente sobre agua con hielo para enfriarlo.
Un vez que este fresco, juntar de forma envolvente con la mezcla de la crema, dejar en refrigeración hasta cuajar.
Mezclar todos los ingredientes.
Servir el mousse con galletas y la vinagreta.
Para comprar el erizo, lo pueden encontrar en tiendas especializadas en productos japoneses y también pueden conseguirlas online en Ingredineta y les llegará a la puerta de la casa.