¿Cuál es la diferencia para que un whisky pase de ser un simple trago a uno excepcional? De acuerdo con los expertos, después de la calidad de la bebida el hielo es la clave.
El hielo artesanal cortado a mano es el nuevo grito de la moda en coctelería y aunque no deja de ser simplemente agua congelada, tiene algunas diferencias al hecho en casa o el que se compra en el mini súper. Una de sus virtudes es que se funde lentamente en el vaso lo que evita que la bebida se diluya pero manteniendo la temperatura correcta para disfrutarla.
Otra cualidad es que es completamente traslúcido, permitiendo que los colores de la bebida sean perfectamente apreciados. En contraste, los hielos comunes son opacos, y esto se debe a dos factores: los minerales que contiene el agua con la que se fabrican y las burbujas de aire atrapadas al momento en que se congela el agua.
Para darle la trasparencia y brillo a los hielos artesanales, los productores primero filtran el agua y a continuación la ponen en máquinas que en enormes bloques —que pesan entre 90 y 130 kilogramos— de hielo cristalino, el mismo que usan para crear esculturas de hielo.
El siguiente paso de los artesanos del hielo es cortar los bloques del tamaño ideal para que entren en los vasos. Sin embargo esta no es una tarea fácil pues la labor se realiza en un refrigerador industrial en el que los trabajadores deben usar ropa para temperaturas bajo cero lo que compromete su movilidad y, por si fuera poco, deben manipular herramientas peligrosas como las motosierras —que pueden cortar huesos como si fueran de mantequilla— en superficies resbalosas.
Aunque muchos bares de alta categoría usan estos hielos, existe un grupo de personas que considera que son tan solo una excusa para cobrar más por las bebidas. Un ejemplo es un bar en la ciudad de Washington, Estados Unidos, que cobra 1 dólar más por su hielo cortado a mano, a menos que compres bebidas con un costo mayor a los 11 dólares.
Al margen de las opiniones encontradas, los productores de hielo plantean que su éxito deriva de su tamaño y capacidad de derretirse lentamente a comparación de un cubo de hielo normal, que es más pequeño y rápidamente diluye la bebida.
Algo es cierto, la necesidad de encontrar una forma de enfriar las bebidas sin que se vuelvan agua después de unos sorbos es, para algunos, un tema de suma importancia. Otro ejemplo de esto son las piedras para whisky que enfrían el destilado sin alterar su sabor. Otra opción similar son unos cubos de acero inoxidable.
Ya sean las rocas, el acero o el hielo artesanal, el mundo de la mixología siempre está buscando como innovarse y estas formas distintas de mantener la temperatura de las bebidas es una muestra de ello. Sólo el tiempo dirá si permanece o simplemente queda atrás como una historia más de las extravagancias del mundo coctelería.
Si eres amante del DIY (o hacerlo tú mismo), quizá este kit para hacer hielo traslúcido te pueda ayudar:
The Neat Ice Kit from Studio Neat on Vimeo.