A pesar de que en México nos gusta mucho que la comida tenga un sabor picante, los chiles más picosos no son originarios de nuestro país, sino que son un híbrido producido en Carolina del Norte.

Su nombre es Carolina Reaper y posee más de dos millones de unidades en la escala de Scoville (SHU). Se obtiene al cruzar el habanero con una variedad tailandesa llamada Naga Bhut Jolokia.

Scoville, el sistema que mide cuán picosos son los chiles

Esta escala surgió en 1912, cuando el farmacéutico Wilbur Lincoln Scoville se dio a la tarea de determinar el picor de distintos chiles. Su método consiste en extraer pequeñas cantidades de chile y diluirlas en una solución de agua con azúcar, de modo que la pungencia sea imperceptible.

Estos valores son un tanto imprecisos, ya que el picor de un chile depende de la especie a la que pertenece y el lugar en el que ha sido cosechado.

La sensación picante se debe a la presencia de una sustancia conocida como Capsaicina, la cual se produce en las venas de los chiles. Al momento de ser consumida, la Capsaicina hace que nuestro cerebro produzca endorfina que emite señales de placer, he aquí la razón por la cual las salsas son tan adictivas.

Esta es la lista de los chiles más picosos del mundo:

• 16,000,000: Capsaicina pura.
• 5,300,00 – 2,000,000: Gas Pimienta Estándar.
• 2,200,000: Carolina Reaper
• 2,009,231 – 1,200,000: Trinidad Moruga Scorpion.
• 1,463,700 – 500,000: Trinidad Scorpion Butch T Pepper y Naga Viper.
• 1,050,000 – 855,000: Bhut Jolokia.
• 580,000 -350,000: Habanero Rojo Savina.
• 350,00 – 100,000: Habanero, Jamaica, Gorro escocés, Dátil, Ojo de pájaro y Madame Jeanette.
• 100,000 – 50,000: Chiltepín, Piquín, Thai y Malagueta.
• 50,000 – 30,000: Pimienta roja o de cayena, Ají escabeche y Tabasco.
• 23,000 – 10,000: Serrano, Chipotle y Aleppo.
• 8,000 – 3,500: Jalapeño, Guajillo, Paprika y Tabasco.
• 2,500 – 1,000: Anaheim, Poblano, Rocotillo y Peppadew.
• 900 – 100: Pimiento, Peperoncino, Banana y Cubanelle.
• 0: Pimiento verde y Ají dulce.

Ya no hay pretexto, a entrenar el paladar para disfrutar de toda la variedad de chiles servidos de maneras distintas, en salsas, caldos o acompañando algún platillo, enchilarse es un placer que nadie se debe perder.