El consumo de pasta promedio al año en Italia es de 23 kilogramos, una cantidad abismal si la comparamos con los 3 kilogramos que se consumen en México. Pero ¿por qué el elevado consumo de un producto hecho a base de harina parecería no causar tanto problemas de salud en aquellas personas que lo consumen casi a diario? La respuesta parece sencilla, pero tendremos que desglosarlo, tiene que ver con la forma en que se consume. La pasta al dente puede hacer toda la diferencia, descubre el verdadero motivo.
Evidentemente existen muchos factores que pueden determinar la salud de una persona, el aumento de una ingesta calórica sostenida a través del tiempo puede ser el principal factor. La predisposición genética, la inactividad física y muchas razones más.
Específicamente con el consumo de pasta, las porciones juegan un papel preponderante, mientras que en Italia se acostumbra comer un máximo de 80 gramos, en países latinoamericanos es normal hallar platillos de 150 gramos o más.
La definición de la frase al dente, está relacionada con el estado de cocción de la pasta específicamente. Esta es una frase que determina el estado en que debe estar la pasta al ser mordida. Refiere a una ligera firmeza en cada bocado dado.
El término al dente es de origen italiano y la traducción tendría que ser “al diente”. Esto es que la pasta al ser mordida debería de presentar cierta resistencia a ser partida. Una forma en la que la pasta debe ser cocinada suele ser una de las más comunes en el mundo.
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Pero para ser sinceros, en Italia no existe otra forma para cocer la pasta. Si no es al dente, no es pasta. Fueron los napolitanos quienes iniciaron esta tendencia y se propagó por casi todo el país. Es parte de su cultura y tradición, pero tiene un motivo, uno que pocas personas saben.
Pero ¿por qué la ciencia hace referencia a que la pasta debe ser consumida al dente? Existen varios motivos, pero uno es el más importante. Se ha comprobado que al detener la cocción de la pasta y permitir una textura al dente, puede evitar que el almidón se transforme en azúcar inmediatamente y sea asimilada de mejor manera.
La pasta al dente tiene un menor índice glucémico que la pasta blanda. Lo que hace que se libere el azúcar en la sangre de forma gradual, así puedes evitar picos de insulina que pueden dañar la salud metabólica.
La pasta está compuesta químicamente de gluten y almidón, al cocerla por mucho tiempo hace que el almidón se desprenda y se pierda en el agua de cocción. Lo que ocasiona una pérdida de nutrientes y una textura más difícil de procesar. Al cocinarla al dente, la pasta retiene sus nutrientes y al ser menos digerible, entra de forma lenta y gradual como azúcar en sangre.
Hacer esto ocasiona que el almidón no llegue a la sangre tan rápido y con ello se reduzca la ingesta calórica. ¿Recuerdas lo que decía al principio? Una elevada y sostenida ingesta calórica a través del tiempo puede resultar en uno de los principales factores para condicionar tu salud. Cocinar la pasta al dente permite que al menos un alimento rico en calorías, se pueda mantener a raya, siempre y cuando cuides de las porciones.
El consumo de pasta al dente no es necesariamente benéfico por sí, requiere también de una alimentación balanceada, actividad física y más, para tener efectos positivos. Pero sin duda, saber preparar los alimentos de acuerdo a tus necesidades, puede contribuir en una alimentación saludable.
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La pregunta ha quedado respondida, los italianos hallaron el secreto, encontraron en el consumo de pasta al dente una estrategia nutricional óptima para consumir un producto representativo de su cultura. Pero es gracias a un estilo de vida equilibrado y una dieta balanceada que encontraron el verdadero éxito . Comer pasta al dente, solo es un paso más de esta receta.