La Ciudad de México es un crisol de culturas, sabores y tradiciones, y entre sus numerosas joyas culinarias se encuentra la Panadería Buñuelo, un referente indiscutible para los amantes del pan artesanal.
Ubicada en el bullicioso corazón de la capital, en Reforma, esta panadería ha ganado popularidad no solo por sus deliciosos productos, sino también por su enfoque en la preservación de las recetas tradicionales mexicanas, combinadas con un toque contemporáneo.
Ariana, Carlos y Julio González, hermanos y socios de Buñuelo, amantes del pan, decidieron empezar con el negocio, inspirados por los chefs mexicanos Yuri de Gortari y Edmundo Escamilla historiadores incansables para resguardar la tradición e historia de la gastronomía mexicana.
Con 11 años en el mercado, lo que ha hecho que Buñuelo sea tan especial y cómo ha logrado fusionar lo antiguo con lo nuevo en un entorno en constante evolución como lo es la Ciudad de México.
El nombre “Buñuelo” no fue elegido al azar. Los buñuelos, esos crujientes y dorados postres cubiertos de azúcar, son uno de los dulces más emblemáticos de la gastronomía mexicana.
Así, la panadería decidió adoptar este nombre como un homenaje a la vasta tradición culinaria de México, en la que el pan y los postres juegan un papel fundamental.
“Lo que nosotros hacemos aquí en Buñuelo es tratar de rescatar algunos panes, por ejemplo, los coricos, un pan hecho a base de masa de maíz, un pan que se elabora en zonas del norte del país como como en Sinaloa”, nos comparte Ari.
Desde su apertura, Buñuelo ha buscado rescatar recetas que han pasado de generación en generación, brindando a sus clientes una experiencia auténtica y nostálgica, pero con un enfoque moderno.
De los panes más vendidos en Buñuelo es el puerquito de piloncillo, pan tradicional mexicano que ha perdido popularidad en su elaboración.
En la panadería de México existen dos tipos de puerquitos, el de consistencia más crujiente, como una galleta, y el que se elabora con una consistencia más panosa, en Buñuelo encontramos la versión de puerquito relleno de helado, al cual le añadieron su toque especial.
Uno de los pilares fundamentales de Buñuelo es su compromiso con la calidad. La panadería utiliza ingredientes locales y frescos, lo que garantiza que cada pieza de pan sea un reflejo fiel de los sabores auténticos de México.
En Buñuelo manejan panes de temporada, el mes pasado tuvieron los tradicionales cocoles o el famoso panadero, ambos panes típicos de la gastronomía mexicana. Motivados por impulsar la panadería con raíces mexicanas es como de poco en poco han ido probando este tipo de panadería en el mercado mexicano.
“Así fue como comenzamos a traer panes de otras zonas de México para que la gente los conozca”, nos comparte Ari.
Se esfuerza por apoyar a pequeños productores y agricultores, contribuyendo al fortalecimiento de la economía local y asegurándose de que los ingredientes sean lo más frescos y sostenibles posible.
El uso de masa madre y sus proceso de fermentación en frío son otros de los distintivos de esta panadería. Esta técnica tradicional, que implica la fermentación natural de la masa, no solo mejora el sabor y la textura del pan, sino que también es más saludable, ya que facilita la digestión y tiene un menor índice glucémico que el pan industrial.
La masa madre también es parte del compromiso de Buñuelo con prácticas sostenibles, ya que prolonga la vida útil del pan y reduce el desperdicio. Dentro de la panadería mexicana hay una parte importante de pan reciclado.
“Las panaderías mexicanas elaboran panes de sobrantes de pan, por ejemplo, la piedra, un pan cubierto de chocolate, se elabora con las sobras que van quedando del pan”, nos comparte Ari.
Buñuelo promueve un enfoque de cero desperdicio. El pan que no se vende se reutiliza en diversas formas, como la creación de nuevas recetas o donaciones a organizaciones locales.
Este enfoque no solo ayuda a minimizar el impacto ambiental, sino que también refuerza los lazos de la panadería con la comunidad local.
Al entrar en Buñuelo, te reciben por medio de una vitrina llena de delicias que combinan lo mejor de la panadería mexicana tradicional con toques creativos.
Entre los productos más destacados se encuentran las clásicas conchas, que Buñuelo ofrece en una variedad de sabores, desde las tradicionales de vainilla y chocolate con relleno de chispas de chocolate, hasta versiones más tradicionales como el panadero.
El panadero es un pan con aspecto similar al de una concha pero elaborado con una masa diferente porque es una masa hecha con canela, la canela mexicana se muele a mano, y se incorpora a la masa, es un pan no tan dulce como la concha, aunque vaya cubierto de azúcar.
Otro producto emblemático es el pan de muerto, fiel a la tradición, Buñuelo elabora sus propias versiones de pan de muerto, la clásica receta de masa suave sabor naranja y azucarada, como la versión más interesante, de anís con pulque o la versión de naranja con cubierta de chocolate amargo.
“Siempre tratamos de pensar en ofrecer un producto 100% mexicano y tratamos de buscar formas para adaptarlo al consumidor”, nos comenta Ari.
Este enfoque creativo le permite a la panadería mantenerse fiel a las raíces de la gastronomía mexicana, pero al mismo tiempo sorprender a sus clientes con giros inesperados.
El buñuelo tradicional, suele disfrutarse durante las fiestas patrias y navideñas, aunque se puede encontrar todo el año. Existen dos tipos de buñuelos, nos explica Ariana, el buñuelo de aire que se hace con molde y el buñuelo de rodilla, que anteriormente la masa se extendía literalmente sobre la rodilla, ambas técnicas tradicionales pero con procesos y presentaciones diferentes.
Cubierto con una mezcla de azúcar y canela, este postre ofrece un toque crujiente y lleno de sabor que evoca los recuerdos más dulces de la cocina mexicana.
El reto principal de Buñuelo ha sido el pensar qué le podría interesar al mercado al que van enfocados y el hecho de promover el pan mexicano en una ciudad como la Ciudad de México.
Por ser mexicana o mexicano, siempre se piensa en consumir un tipo de pan más “europeo”, que no debemos dejar a un lado, el pan europeo y el plan mexicano van de la mano porque sin las influencias del pan de Europa, el pan mexicano no existiría.
“A la gente le ponemos un cocol y le ponemos un chocolatín, o sea, no sé si lo sientan como hasta un tema como de discriminación, cómo voy a comprar un cocol mejor compro un chocolatín, o sea, sabes suena sí justo un tema de estatus”, nos comparte Ari.
Otro reto ha sido mantenerse firmes en hacer pan para el consumidor mexicano y sobre esta línea, dar a conocer el mexicano.
El cocol, por ejemplo, es un pan tradicional mexicano y es bien complicado que la gente acepte este tipo de piezas porque independientemente de lo visual, ellos también elaboran hojaldrados como lo es el croissant o chocolatín, pero para que un pan se consuman o se venda debe ser visualmente “aceptado” o bonito.
Uno de los mayores retos que ha atravesado Buñuelo y su panadería es que la gente busca panes con aspecto más bonito o “europeo” a la hora de comprar un pan, existe una “discriminación en la panadería”.
A medida que la Ciudad de México sigue evolucionando como una de las capitales gastronómicas más dinámicas y grandes del mundo, Buñuelo continúa consolidándose como un referente en la escena de la panadería artesanal.
Este tipo de productos mexicanos tradicionales mexicanos son los puntos clave para hacer que Buñuelo sea un lugar popular tanto para locales como para turistas que buscan una experiencia auténtica.
¿Cómo ve Ariana a Buñuelo los siguientes años?
“Me encantaría llevar la marca y nuestra filosofía del pan mexicano fuera de México, para que la gente que vive fuera del país pueda tener un buen producto de panadería mexicana”, nos comparte Ari.
Hacer comunidad, por el hecho de ser mexicanos, hay que consumir el pan de nuestra región para no perder las variedades que tenemos.
¿Cómo ve Julio a Buñuelo los siguientes años?
“Un sueño que yo tengo es tener un área de producción que sea sustentable, o sea, que podamos ser independientes en el consumo de agua, para lavar los trastes, para en el baño. En el tema de luz, que podamos usar la luz solar, tener un sistema circular”, nos comparte Julio.
Su enfoque en preservar los sabores tradicionales mexicanos, la calidad, la sostenibilidad y la innovación le ha permitido crecer y adaptarse a las cambiantes demandas del mercado sin perder de vista sus raíces.
Panadería Buñuelo ha logrado algo verdaderamente especial: ha encontrado un equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, ofreciendo productos que honran las raíces de la gastronomía mexicana, mientras que se mantienen innovadores y frescos.
Con un compromiso con la sostenibilidad, el apoyo a la comunidad local y una oferta de productos que constantemente sorprende, Buñuelo es un ejemplo perfecto de cómo una panadería puede ser mucho más que un lugar para comprar pan; puede ser un espacio donde la cultura, la tradición y la innovación se encuentran y florecen.
Síguelos y conoce más sobre su delicioso proyecto
Dónde: Rio Volga #80 local 15, Colonia Cuauhtemoc, CDMX.
y en Avenida Alcanfores #44 local 2, Colonia Jardines de San Mateo.
#Conoce el Origen de los Buñuelos y la Receta Perfecta.
El puerquito de piloncillo es una pieza de la panadería de México que evoca a la nostalgia, a ese pan de pueblo que se antoja acompañar con un café de olla. Muy pocas panaderías lo preparan, en la actualidad, y suele ser una fortuna entrarlo en los tianguis, ferias o a pie de carretera.
El chef Jesús Elizondo preserva esta deliciosa tradición en Casa Benell y nos cuenta sobre su proceso y origen.
En Animal Gourmet amamos cocinar y hacemos periodismo gastronómico. Contamos historias detrás de la comida de México y del mundo. Te contamos chismes de ingredientes, tradiciones culinarias y, por supuesto, ¡recetas!