Para nadie es noticia que la cerveza en República Checa es casi como una religión. Los checos y checas le entran con ganas a la birra, cerca de 189 litros de cerveza en promedio toman al año. Son los mayores consumidores per cápita de cerveza en el mundo. Seguramente algo sabrán cuando de tomar esta saludable y refrescante bebida se refiere. Conoce una de las más curiosas y posiblemente raras formas de servir cerveza.
En República Checa existen más de 250 marcas de cervezas y alrededor de 1000 cervecerías en todo el país. La Pilsner Urquell es la más conocida de todas. Una cerveza creada en 1842 en la ciudad de Pilsen (Bohemia), que representa a la perfección lo que es una cerveza checa, baja fermentación y fácil de tomar.
La cerveza es un modo de vida para la mayoría de las personas checas. Una tradición histórica y parte de la identidad cultural del país. La historia se remonta a finales del siglo X, cuando monjes de diversos monasterios tenían derecho a la fabricación de esta bebida.
Una característica que hizo especial a la cerveza de esta región fue el uso de lúpulo, pues fueron los primeros en hacerlo. Inclusive en aquella época, se castigaba con la muerte a quien robara lúpulo.
La cerveza (pivo) blanca fue la primera que se fabricó en esta zona, una cerveza turbia y que utilizaba levaduras de fermentación. De aquí nace la técnica para el desarrollo de las cervezas rubias. Tras largas guerras y un período conflictivo para la región, en el siglo XIX se recuperó está técnica y se reintegró junto a una nueva técnica que permitía una cerveza más dorada.
Una de las grandes curiosidades de la cerveza en República Checa es que todo gran bebedor, prefiere consumir más espuma (fomo) que cerveza. ¿A qué se debe este curioso acto? Pues porque los checos consideran que a través de la espuma se puede determinar la calidad de la cerveza.
Detrás de la espuma se esconden pequeñas burbujas compuestas por gas, en concreto dióxido de carbono, proveniente de la fermentación alcohólica. Esto permite apreciar la nitidez y aromas de la cerveza en su estado más natural.
El servir la cerveza en diferentes presentaciones, permite experimentar una amplia gama de sensaciones, sobre todo de sabores y texturas. En República Checa existen tres formas para servirla:
Una cerveza cremosa con poca espuma (20%). Es la forma más común en todo el mundo, la clásica manera de tomar cerveza.
Un método antiguo de servir cerveza, abundante espuma (70%) y una cerveza pequeña encima. La gran capa de espuma mantiene la cerveza fría y se acostumbra tomar sorbos lentamente.
Conocida como la leche de la cerveza, completamente espuma (90%) y un chorrito de cerveza. Se debe consumir inmediatamente y de una sola sentada. Se suele tomar como la última bebida de la noche, su sabor dulce te dará la energía necesaria para regresar a casa desde la taberna.