Todo el mundo anda pegando el grito en el cielo al enterarse de que no se debe de tomar café en ayunas. ¿Qué de cierto hay en esto?
Cada vez más médicos aseguran que debemos cambiar nuestro ritual mañanero. Y no porque la bebida sea perjudicial, sino por el hecho de beberla sin haber comido nada antes.
El día no comienza hasta que te has tomado un café por la mañana. Es tu rutina sagrada, tu ritual y sin él no eres persona durante el resto del día. La escena se repite con frecuencia en los hogares en México y el resto del mundo: nos despertamos y lo único que tenemos en mente es el aroma de los granos tostados, nos levantamos y allá que vamos, directos a la cocina, por nuestro café.
Para empezar, esto no es lo más recomendable porque puede afectar a tu sistema digestivo. El café acelerará la producción de ácido en el estómago y, si todavía no has comido nada, este podría dañar el revestimiento del estómago y causar indigestión o acidez estomacal.
La mejor hora para tomar café suele ser aproximadamente una hora después de que los niveles de cortisol alcancen su punto máximo, es decir, alrededor de las 10 o 10:30 de la mañana. Esto permite aprovechar al máximo los efectos de la cafeína cuando la hormona del estrés está disminuyendo naturalmente, lo que te dará un impulso de energía sin interferir con los ritmos naturales de tu cuerpo.
Además, es recomendable tomar café después de haber comido algo, preferiblemente una hora después del desayuno. Esto ayuda a evitar problemas como la acidez estomacal y la irritación del revestimiento del estómago.
Muchas veces, con las prisas, salimos de casa escopetados para no llegar tarde al trabajo y lo único que nos da tiempo a tomar en esas primeras horas del día es una o dos tazas de café rápidas. Pero esto puede ser riesgoso para nuestro estómago.
Además, el café, incluso el descafeinado, estimula la producción de ácido, lo que puede dañar el revestimiento interno del estómago debido a la exposición repetida. Así que, si eres de los que prefiere un descafeinado pensando que es más suave para el estómago, es momento de reconsiderarlo.
Aunque amamos nuestro café matutino, es importante escuchar a nuestro cuerpo y darle el mejor trato posible. Así que la próxima vez que sientas la urgencia de tomar ese primer sorbo de café al despertar, tómate un momento para prepararte algo para comer antes. Tu estómago te lo agradecerá.