Este es uno de esos platillos reconfortantes que siempre encontrábamos en casa después de un día pesado, o lo que pedimos en cualquier restaurante cuando no se nos antoja nada más, porque sabemos que una pechuga empanizada nunca falla.
Esas rebanadas de proteína con su crocante costra de pan rallado se han convertido en un favorito infalible, tanto para adultos como para niños.
Aunque la pechuga empanizada no es originalmente mexicana (y que también se conoce como milanesa), su popularidad en todo el país la ha convertido en una delicia muy común en fonditas y restaurantes familiares. Así que, cuando buscamos una opción sabrosa y segura, la pechuga empanizada siempre está ahí para satisfacer nuestros antojos y deleitar nuestros paladares.
Tips para conseguir una pechuga empanizada perfecta
Para preparar una pechuga empanizada perfecta, como esas que recuerdas de tu infancia, no es tan complicado como uno pudiera pensar. El truco está en el empanizado y en cuidar la temperatura del aceite, no debe de ser demasiado alta pero tampoco baja, para que el pan rallado se fría bien sin llegar a quemarse.
Si se te antoja llevar tus pechugas empanizadas al siguiente nivel, te dejamos por acá algunas ideas para empanizar. / Foto: Shutterstock / Gabriel Dominella
Aquí te compartimos los mejores tips para preparar la mejor pechuga empanizada.
- Seca bien la carne: Asegúrate de que la carne esté seca antes de empanizar. Utiliza papel absorbente para eliminar el exceso de humedad y evitar que se despegue el pan rallado.
- Doble empanizado: Pasa la carne primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Este doble empanizado asegura una costra crujiente y duradera.
- Presiona el pan rallado: Después de empanizar, presiona ligeramente el pan rallado sobre la carne para que se adhiera mejor y no se caiga durante la cocción.
- Si se te antoja llevar tus pechugas empanizadas al siguiente nivel, te dejamos por acá algunas ideas para empanizar (desde papas de bolsita, hasta galletas saladas y hojuelas de maíz)
- Aceite caliente pero no humeante: Asegúrate de calentar el aceite a la temperatura adecuada antes de freír las pechugas. Un aceite muy caliente podría quemar el empanizado antes de que la carne se cocine.
- No sobrecargues la sartén: Fríe las pechugas en lotes pequeños para evitar que se toquen entre sí y mantengan su textura crocante.
- Usa aceite limpio: Después de freír cada lote, asegúrate de limpiar los residuos de pan rallado que puedan haber quedado en el aceite antes de freír el siguiente lote.
- Escurre el exceso de aceite: Coloca las pechugas sobre papel absorbente después de freírlas para eliminar el exceso de aceite y mantener su textura crujiente.
El tip secreto y milenario para que tus pechugas queden crocantes, deliciosas y nada grasosas:
Si deseas un empanizado aún más ligero y crujiente, considera reemplazar el huevo batido por agua mineral con gas. El gas en el agua mineral ayuda a crear una capa más esponjosa y aireada alrededor de la carne, lo que resulta en una pechugas aún más crocante. Sumerge la carne en el agua mineral antes de pasarla por el pan rallado y sigue el resto del proceso de empanizado como de costumbre. ¡El resultado será una pechugas con una textura crujiente y deliciosa que encantará a todos!
Cómo hacer una pechuga empanizada perfecta
Esta receta te funcionará de maravilla y te salvará la comida. Te contamos cómo hacer pechugas empanizadas memorables. Si lo prefieres, también te dejamos una propuesta para que prepares una milanesa napolitana con las pechugas que te queden.
El secreto para preparar una milanesa crujiente y doradita está en cuidar la temperatura del aceite./ Foto: Shutterstock
Ingredientes:
- 4 filetes de pechuga de pollo
- 1 taza de pan molido
- 1 huevo batido
- 1/4 de taza de leche
- 1/4 de taza de aceite vegetal
- 35 g de harina de trigo
- Sal y pimienta al gusto
Procedimiento:
- Prepara los filetes de res o pechuga de pollo, sazónalos con sal y pimienta por ambos lados y reserva.
- En un plato hondo, bate bien el huevo con un tenedor. En otro plato coloca el pan rallado y en otro plato separado coloca la harina.
- Empaniza los filetes: pásalos por la harina, retirando el exceso, luego sumérgelos en el huevo batido para que queden bien cubiertos y finalmente recúbrelos con el pan rallado, presionando un poco con los dedos para sellar el empanizado.
- En una sartén profunda, calienta el aceite a fuego alto hasta que comiencen a formarse burbujas muy pequeñas. Luego, baja el fuego a temperatura media o media-alta.
- Fríe las pechugas empanizadas durante un par de minutos por cada lado, asegurándote de no añadir más de dos milanesas a la vez para mantener la temperatura adecuada.
- Una vez que las pechugas empanizadas adquieran un color dorado y estén bien cocidas, retíralas del fuego y colócalas sobre un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
¡Listo! Ahora disfruta de estas deliciosas pechugas empanizadas con una textura crujiente y un sabor irresistible. Acompáñalas con tus guarniciones favoritas y comparte este exquisito platillo con tu familia y amigos. ¡Buen provecho!
Foto: AS Foodstudio
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