La ensalada de manzana es un clásico en las cenas navideñas mexicanas. Sus ingredientes pueden variar ligeramente pero la receta básica contrasta con los platillos más pesados como el pavo o el bacalao, es muy versátil porque puede servirse como entrada, acompañamiento o postre. Se ha convertido en una tradición familiar que pasa de generación en generación.
La ensalada de manzana tiene raíces en la tradición culinaria europea, especialmente en la cocina alemana y francesa, donde las frutas y nueces se usaban en ensaladas dulces y como acompañamientos en banquetes festivos.
Las recetas que combinan frutas frescas, frutos secos y cremas llegaron a América Latina durante la colonización.
En México, la ensalada de manzana se adaptó incorporando ingredientes locales y accesibles, como la piña y el uso de crema ácida o dulce.
Su popularidad en Navidad se debe a que combina ingredientes frescos, dulces y festivos, además de ser fácil de preparar en grandes cantidades.
Los ingredientes como las nueces, las frutas y los lácteos eran considerados símbolos de prosperidad y lujo en épocas antiguas. Por ello, la ensalada de manzana se convirtió en un platillo que representa abundancia y buenos deseos.
Preparación básica:
1. Lava, pela y corta las manzanas en cubos pequeños. Rocíalas con un poco de jugo de limón para evitar que se oxiden.
2. Mezcla las manzanas con la piña, las pasas, las nueces y los demás ingredientes en un tazón grande.
3. Incorpora la crema y, si se desea, añade leche condensada o azúcar al gusto. Mezcla bien.
4. Refrigera al menos 1 hora antes de servir para que los sabores se integren.
5. Decora con nueces, pasas, granada o bombones antes de servir.
Esta ensalada es un ejemplo perfecto de cómo la gastronomía refleja la fusión de culturas y tradiciones, adaptándose a los gustos y celebraciones de cada lugar.
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