La controversial escena de la Última Cena en Viridiana, una de las películas más emblemáticas de Luis Buñuel, llevó a la recién fallecida Silvia Pinal a enfrentarse contra la censura del Vaticano.
La actriz Silvia Pinal murió este jueves 28 de noviembre, a la edad de 93 años, dejando un legado en el teatro, en la televisión y, sobre todo, en el cine con cintas como El Ángel Exterminador (1962), Simón del desierto (1965), Un rincón cerca del cielo (1952), El inocente (1956) y muchas más.
Viridiana (1961) es conocida por su crítica a la religión, la hipocresía social y las instituciones establecidas. La trama sigue a Viridiana, interpretada por Silvia Pinal, una joven novicia que, a punto de tomar los votos, es persuadida por su tío Don Jaime para visitar su hacienda.
Viridiana, movida por un sentido de caridad y sacrificio, intenta llevar una vida piadosa y ayudar a los más necesitados. Sin embargo, su estancia en la hacienda se complica por el acoso de su tío, quien se obsesiona con ella. Tras la muerte de Don Jaime, Viridiana comienza a practicar la caridad cristiana acogiendo a un grupo de vagabundos, a quienes brinda refugio y alimento en la casa.
Sin embargo, esta noble misión se tuerce: los mendigos, en lugar de redimirse, muestran ingratitud y comportamientos corruptos. En una de las escenas más icónicas y controvertidas, los mendigos irrumpen en el comedor de la mansión y organizan un banquete desenfrenado, recreando una parodia grotesca de La Última Cena de Leonardo da Vinci.
Esta representación irreverente de una escena religiosa central en el cristianismo, junto con la crítica implícita a la caridad como una solución superficial a problemas estructurales, provocó la indignación del Vaticano.
La película fue considerada blasfema, y su estreno generó fuertes polémicas. En España, Viridiana fue prohibida por el régimen de Franco, mientras que el Vaticano la incluyó en su lista de obras censuradas.
La reacción del Vaticano provocó que las autoridades franquistas prohibieran su proyección y ordenaron la destrucción de las copias existentes. España y otros países católicos, como Italia, vetaron oficialmente la película.
Se dice que las copias fueron recogidas y muchas de ellas destruidas. Sin embargo, algunas lograron sobrevivir gracias a los esfuerzos de Buñuel y Silvia Pinal.
“Eran gentes de un grupo de reaccionarios y pues sí, querían quemarlas. Y don Luis [Buñuel] estaba fascinado. Por don Luis que las hubieran quemado, hubiera armado un escándalo… Pero la película se hubiera perdido y se lo dije, ‘Don Luis esto para nosotros, los del cine, es un regalo de Dios, así que no sea malo y apóyame’.”, declaró la actriz.
Pese a la controversia, la película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, consolidando a Buñuel como un maestro del cine surrealista y crítico. Viridiana sigue siendo una obra que invita a la reflexión sobre la moralidad, la religión y la naturaleza humana.