La flor de valeriana es una planta herbácea perenne (significa que muere la planta pero sus raíces permanecen vivas y generan un nuevo brote cada año) originaria de Europa y Asia, conocida principalmente por sus propiedades medicinales.
Sus flores pequeñas, de color blanco o rosa pálido, crecen en racimos y tienen un aroma dulce. Aunque las flores son decorativas, las partes más utilizadas de la planta en la herbolaria son las raíces y los rizomas debido a sus efectos sedantes y relajantes.
Crece en climas templados, principalmente en suelos húmedos como los de praderas, bosques claros y márgenes de ríos. La planta alcanza una altura de entre 50 y 150 cm y florece durante el verano.
Es famosa por ser un remedio natural para el insomnio, la ansiedad y el estrés. Esto se debe a la presencia de compuestos activos como los valepotriatos (que ayuda a reducir el tiempo que tardas en dormirte y ayudarte a dormir mejor) y el ácido valérico.
También se usa para tratar calambres, migrañas y síntomas de menopausia.
Las raíces se emplean en infusiones, cápsulas o tinturas. Las flores, aunque menos potentes, pueden ser usadas en tés o mezclas aromáticas.
Precauciones:
Aunque generalmente segura, la valeriana puede causar somnolencia, por lo que no se recomienda su uso junto con sedantes o antes de conducir. Si deseas usarla como remedio, es importante consultar a un médico o especialista en herbolaria para determinar la dosis adecuada.
En la antigüedad, se utilizaba tanto en la medicina griega como romana. En la Edad Media, la valeriana también se empleaba como perfume e incluso para combatir plagas como los piojos.
La flor de valeriana no es una especie nativa de México, pero se cultiva en diversas regiones del país debido a su valor medicinal y ornamental.
En México, la valeriana se emplea principalmente para elaborar productos medicinales como tés, tinturas y cápsulas. Los agricultores interesados en el cultivo de plantas medicinales también han empezado a incluirla en sus proyectos, especialmente debido a la creciente demanda de remedios naturales.
La flor de valeriana, aunque conocida principalmente por sus propiedades medicinales, también se puede incorporar a la cocina para preparar tés, ensaladas y otras recetas donde sus notas dulces y suaves añaden un toque delicado.
Una infusión sencilla que combina las flores de valeriana con otras hierbas para potenciar sus efectos relajantes.
Ingredientes: Flores de valeriana, manzanilla, menta o lavanda.
Preparación: Hervir agua, agregar las flores y hierbas, dejar reposar 10 minutos. Endulzar con miel si se desea.
Las flores se pueden usar como un adorno comestible o como ingrediente principal, mezcladas con hojas tiernas de espinaca o rúcula.
Ingredientes: Flores de valeriana, hojas verdes, nueces, queso de cabra, vinagreta de miel y limón.
Preparación: Lavar los ingredientes, mezclarlos y aderezar con la vinagreta.
Un plato ligero que usa las flores para dar un toque aromático.
Ingredientes: Flores de valeriana, caldo de vegetales, zanahorias, calabacitas y especias.
Preparación: Cocer los vegetales en el caldo, añadir las flores al final de la cocción para mantener su aroma.
Perfecto para usar en postres o bebidas relajantes.
Ingredientes: Flores de valeriana, azúcar (o sustituto), agua.
Preparación: Hervir agua con azúcar hasta formar un jarabe, añadir las flores y dejar reposar. Colar antes de usar. Ideal para ensaladas, postres, y tostadas de pan.
Ideal para aderezar ensaladas o panes artesanales de masa madre, por su sabor.
Ingredientes: Flores de valeriana, aceite de oliva virgen extra.
Preparación: Macerar las flores en el aceite durante 1-2 semanas en un lugar fresco y oscuro. Filtrar antes de usar.
Asegúrate de usar flores frescas y libres de pesticidas, y consulta con un especialista si tienes dudas sobre sus efectos.
Si deseas encontrar esta planta en México, los mercados de hierbas medicinales, como el de Sonora en Ciudad de México o los de Oaxaca, suelen tenerla disponible, ya sea fresca o seca.
#Conoce las flores comestibles presentes en la cocina mexicana.
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