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Mujer escanea su tarjeta para abrir el contenedor de desperdicios de comida en su complejo residencial, en Seúl/ Foto: Chang W. Lee (The New York Times)

Residuos de comida en Corea del Sur bajaron un 97%, gracias a este sistema

Por Paulina Figueroa

Los residuos de comida en Corea del Sur se han logrado reciclar en un 97%, gracias a un innovador sistema que cobra por el desperdicio de comida.

Un estudio reveló cómo el país asiático se transformó en un ejemplo a nivel global de reciclaje de alimentos. Anualmente, Corea del Sur procesa cerca de 4,56 millones de toneladas provenientes de hogares, restaurantes y pequeños comercios. De esa cifra, 4,44 millones de toneladas se reciclan, lo que equivale a un 97,5% de residuos reutilizados.

En México un tercio del alimento producido se desperdicia, lo que equivale a 38 toneladas por minuto, que bien podrían alimentar a 25.5 millones de personas con carencia alimentaria, de acuerdo con el Banco de Alimentos de México (BAMX), organización de la sociedad civil sin fines de lucro.

Desechos de comida en Corea del Sur.

Hace casi 20 años, el país prohibió que los desechos de comida terminaran en vertederos/ Foto: Chang W. Lee (The New York Times)

Residuos de comida en Corea del Sur: Cómo se logró reciclar el 97% del desperdicio

La baja de los residuos de comida en Corea del Sur fue posible gracias a la implementación del sistema Weight Based Food Waste Fee, que lleva más de una década en funcionamiento.

El sistema obliga a los ciudadanos a pagar por la cantidad de residuos alimentarios que generan, con opciones como la compra de bolsas autorizadas para dejar los restos en la puerta de casa o máquinas que miden los desechos y envían la información a un centro de monitoreo.

Gracias a estas medidas, los surcoreanos han reducido significativamente su volumen de desperdicios, mientras que los residuos son aprovechados para alimentar ganado, fertilizar cultivos y producir biogás.

Residuos de comida en Corea del Sur.

Mujer escanea su tarjeta para abrir el contenedor de desperdicios de comida en su complejo residencial, en Seúl/ Foto: Chang W. Lee (The New York Times)

Modalidades de implantación el reciclaje en Corea del Sur

Existen diversas modalidades para implementar este sistema:

  • Bolsas autorizadas: los ciudadanos adquieren bolsas especiales para depositar los residuos orgánicos y luego las dejan en la puerta de sus hogares.
  • Máquinas de medición: en algunos casos, se utilizan máquinas que pesan los residuos y envían la información a un centro de monitoreo, generando un cargo en la factura correspondiente.

La implementación de este sistema ha traído consigo múltiples beneficios:

  • Reducción significativa de residuos: los surcoreanos han adoptado hábitos más conscientes en cuanto a la compra y consumo de alimentos, lo que ha llevado a una disminución drástica del desperdicio.
  • Aprovechamiento de recursos: los residuos orgánicos recolectados se destinan a diversos fines, como la alimentación de ganado, la producción de fertilizantes y la generación de biogás.
  • Protección del ambiente: al reducir la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos, se disminuye la producción de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Centro de Reciclaje en Seúl, Corea del Sur.

Trabajadores clasifican la basura en un centro de reciclaje de residuos en el distrito de Songpa-gu de Seúl, Corea del Sur. Fotografía: Jung Yeon-Je/AFP/Getty Images

Si alguien desecha residuos de comida en forma no autorizada debe pagar multas. En el caso de los hogares las multas pueden superar los $70 dólares (1,300 pesos aprox), dependiendo de la frecuencia de la infracción.

En el caso de empresas, las multas pueden superar 10 millones de won surcoreanos, que equivalen a más de $7 mil dólares (135 mil pesos aprox).

El impacto de los desechos en el planeta

Los desechos de alimentos son uno de los mayores contribuyentes al cambio climático, no solo por el metano sino también porque la energía y los recursos que se usaron en su producción y transporte también se desperdiciaron. Esta noticia nos hace ver que existe una luz al final del túnel, y nos hace ver que gracias a la implementación de buenas políticas es posible reducir el desperdicio de alimentos y promover la economía circular.