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Casa Dulce de Dulce González/ Ilustración por Alex Santibañez / @alexso_art

De periodista a panadera: La mexicana que endulza Barcelona con conchas y pan de muerto

Por Paulina Figueroa

Las conchas, los puerquitos de piloncillo y el pan de muerto ahora encuentran su lugar en los paladares europeos, gracias al esfuerzo incansable de la mexicana Dulce González quien decidió llevar la panadería mexicana, uno de nuestros más grandes tesoros, hasta Barcelona, España.

Casa Dulce se ubica a unas cuadras de la emblemática Sagrada Familia en Barcelona, España. Abrió sus puertas en mayo de 2024 en donde no sólo ofrece panadería mexicana, sino pasteles y nieves con productos y sabores mexas

Dulce, chilanga de corazón, me cuenta cómo fue dejar atrás su carrera de periodista en México para dedicarse a la limpieza de casas en España y así alcanzar el sueño de compartir con el mundo la dulzura y el arte de nuestra repostería.

Casa Dulce, panadería mexicana en España

Apertura de Casa Dulce en Barcelona/ Foto: Cortesía

De Azcapotzalco para el mundo

Dulce González, de 32 años, nació en el norte de la Ciudad de México, y fue su abuela quien le inculcó desde temprana edad el profundo valor de nuestra cocina tradicional. Entre olores y sabores, aprendió a seleccionar los mejores ingredientes, a distinguir un mole bien hecho y, sobre todo, a ser una gran anfitriona, algo tan característico de nuestro espíritu mexicano.

“Mi abuela me enseña a cocinar, mi mamá cocinaba, y yo lo que sé de cocina mexicana, pues ha sido como de generación en generación. Ellas siempre me han enseñado que hay que dar lo mejor tanto en ingredientes como en preparaciones, a tratar bien a la gente, a los invitados no importa si son fiestas familiares o si invitas a alguien”.

Dulce pasó gran parte de su infancia con su abuela, hasta que, junto a su madre, se mudaron a la colonia La Preciosa, en la alcaldía de Azcapotzalco. Un barrio típico de la capital, lleno de vida y tradición, con sus tortillerías, pollerías y neverías en cada esquina. Desde la distancia, sentada en un café en Barcelona, Dulce evoca con nostalgia esas calles llenas de folklore y recuerdos.

Una mexicana lleva la tradición de la panadería hasta España.

Dulce González en el Culinary Institute Barcelona/ Foto: Cortesía

Crecer entre dos mundos

Dulce estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana, una de las instituciones más prestigiosas del país. Aunque sus estudios le permitieron codearse con personas de un nivel socioeconómico distinto, siempre mantuvo esa dualidad que le permitió descubrir lugares muy diferentes a los de su realidad. 

“Tenía la habilidad de poder convivir con gente que me invitaba a lugares muy caros, pero con mi mamá nos íbamos a Los Güeros, los tacos afuera del metro Aquiles Serdán. Entonces me tocaba como un poquito de todo”. 

Durante su vida laboral como periodista, Dulce trabajó en grandes medios de comunicación pero debido a la inseguridad que se vive en nuestro país, su mamá le pidió que se fuera del país y que buscara otra profesión.

La joven recuerda que siempre quiso estudiar Gastronomía pero al ser una carrera muy costosa desistió de ese deseo. De acuerdo con los datos oficiales del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la carrera de Gastronomía cuesta cerca de 100 mil pesos en universidades públicas, mientras que la inversión en universidades privadas es cerca de los 950 mil por toda la licenciatura.

A pesar de los desafíos, Dulce nunca olvidó su profundo amor por la cultura culinaria, un legado que sigue vivo en cada paso que da.

Repostera mexicana en España

Dulce González dueña de la panadería Casa Dulce, ubicada en Barcelona/ Foto: Cortesía

Un nuevo comienzo con sabor agridulce

A los 27 años, Dulce llegó a Barcelona cargada de ilusión, con el firme propósito de seguir los pasos de uno de sus más grandes ídolos, Anthony Bourdain, y convertirse en periodista gastronómica. 

Había dejado México con un curso pagado que le abriría las puertas al mundo de la gastronomía, un sueño que la hacía sonreír con solo imaginarlo. Sin embargo, al llegar a España, ese anhelo comenzó a desvanecerse, ya que el taller fue cancelado por falta de inscripciones.

Ese curso no solo representaba la posibilidad de alcanzar su sueño, sino también la oportunidad de establecerse en España de manera legal y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, sin un curso que respaldara su estadía, Dulce se vio ante una encrucijada. Volver a México no era una opción. Así que decidió buscar trabajo en los medios de comunicación españoles, sin embargo el idioma, el catalán, se convirtió en una barrera infranqueable que le cerró las puertas.

“Intenté varias veces en televisión y en radio, según yo con mi currículum bien pesado y pues aquí me di cuenta que no vale nada. Aunque tengo una carrera nunca me titulé y la verdad es que nunca necesité el título en México […] pero pues aquí la gente que yo conozco todos se dan su golpe de realidad. Todos pasamos, ya sea por niñeros, limpiando casas o trabajando en un súper de lo que caigan”.

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Panadería tradicional mexicana

Rosca de Reyes y conchas de Casa Dulce/ Foto: Cortesía

Con esa realidad en frente, y la urgencia de generar ingresos, Dulce comenzó a limpiar casas por 5 euros la hora (100 pesos aprox.) “Me daba mucha vergüenza y decía con mi carrera de la Ibero y luego haber trabajado aquí y allá, con diplomados y terminar limpiando casas”. 

El amor tocó la puerta en España

La vida, sin embargo, le tenía preparada una sorpresa. A través de una aplicación de citas, Dulce conoció a quien hoy es su novio y su mayor apoyo. Gracias a él, pudo regularizar su situación en España y empezar a construir de nuevo sus sueños.

“Sin querer conozco el que ahora es mi novio y él me ayuda a encontrar un curso que era muy caro, pero yo dije sí, ni modo de que me regresara a México. Entonces lo que hicimos fue que juntamos todo el dinero que yo traía, mi mamá me mandó parte de sus ahorros y mi novio me dio más dinero”.

A pesar de todos los sacrificios, Dulce no pudo cubrir el costo completo para estudiar en el Culinary Institute Barcelona, ni siquiera con una beca del 50%. Pero su dedicación y talento no pasaron desapercibidos. Tras un año de estudios en Alta Cocina, la escuela le ofreció una beca completa para especializarse en pastelería y chocolatería. Fue entonces cuando comenzó a perfeccionar todo aquello que alguna vez había aprendido de manera autodidacta, viendo videos en YouTube o programas de televisión. Su sueño, que parecía inalcanzable, poco a poco comenzaba a tomar forma.

El pan de muerto has llegado a los paladares Europeos.

Pan de muerto elaborado en Casa Dulce/ Foto: Cortesía

La travesía de una mexicana y su Casa Dulce

Con nostalgia por su tierra, Dulce empezó a compartir en Facebook recetas de postres mexicanos, buscando un lazo que la mantuviera conectada a sus raíces. Esa mezcla de sabores y recuerdos le traía un pedacito de México a su vida en Barcelona. 

No pasó mucho tiempo antes de que otros mexicanos residentes en la ciudad comenzaran a pedirle que les preparara algunas de esas delicias, como el singular brownie de mole, las conchas esponjosas o el irresistible pastel imposible.

Lo que comenzó como una manera de mantenerse cerca de su hogar, pronto se transformó en algo más grande. A los pocos meses, Dulce ya había convertido su pequeño departamento en un improvisado taller de panadería, donde los aromas de la repostería mexicana evocaban recuerdos.

Ese sueño creció y evolucionó, y hoy se ha convertido en Casa Dulce, una panadería que abrió sus puertas en mayo de 2024, especializada en llevar lo mejor de la repostería tradicional mexicana a los corazones y paladares de Barcelona.

“Abrir al público no fue nada sencillo porque para sacar una licencias también hay racismo. Muchas veces no me querían alquilar locales por ser mexicana, entonces te enfrentas a muchas limitantes pero tuve suerte de que me encontrara con un señor que solo trabaja con venezolanos, colombianos o mexicanos, y fue él quien me rentó el local donde está ahora Casa Dulce”.

Actualmente, Casa Dulce abre sus puertas de martes a sábado ofreciendo a todo el público panadería mexicana (pan de elote, conchas, garibaldi, puerquitos de piloncillo). Su menú también incluye postres como el clásico pastel de tres leches, gelatinas. Así como nieves de sabores mexicanos de temporada como: nopal con piña, mamey, mango, tuna, etc.

Llegando el Otoño, Dulce comienza con la preparación del pan de muerto, roscas de Reyes y el ponche mexicano, con tamarindo, piloncillo, jamaica y frutas. Sin embargo, su imaginación y ambición no se quedan aquí ya que en Casa Dulce es probable que te encuentres hasta con una clásica torta.

“Es algo que yo no me imaginaba. Cuando limpiaba casas no me hubiera imaginado que yo podría hacer todo esto, la verdad. Voltear atrás y ver que todo el esfuerzo y los sacrificios han valido la pena. La gente está contenta y me recomiendan, me apoyan y pues la verdad que he creado un tipo de comunidad que siempre está al pendiente de lo que subo”.

Si tienes pensado viajar a Barcelona en los próximos meses, no olvides visitar a Dulce y de paso probar alguna de estas delicias que prepara todos los días. Casa Dulce se ubica en Carrer de la Indústria 66, Barcelona, España 08025.