En el corazón de la Ciudad de México, a la sombra de los edificios y rodeado del bullicio de la vida urbana, se encuentra un oasis que ha transformado la percepción de la naturaleza en la ciudad: el Huerto Tlatelolco.
Este huerto urbano, ubicado en el emblemático Complejo Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, es un testimonio físico del poder que se genera por medio la comunidad y la agricultura urbana para fomentar la sostenibilidad, la educación ambiental y la conexión con la naturaleza en un entorno urbano con tanto movimiento como en la Ciudad de México.
El Huerto Tlatelolco nace en 2013 como una iniciativa ciudadana en un espacio que anteriormente estaba abandonado y lleno de escombros.
Este terreno, parte del Conjunto Habitacional Tlatelolco, tiene una rica historia que se entrelaza con momentos significativos de la historia de México, desde la época prehispánica hasta la modernidad. Sin embargo, como muchos espacios urbanos, había caído en el olvido y la negligencia, hasta que Gabriela Vargas decidió darle una nueva vida, que después de 25 años ha podido concretar uno de sus mayores sueños.
“Empecé sembrando un huerto en la ventana de mi departamento de aquella época, en donde casi no tenía sol, y mis lechugas empezaron a florecer, así fue como me di cuenta lo desconectados que estamos de los procesos de producción de las plantas que nos alimentan”, nos comparte Gaby Vargas.
El proyecto de Huerto Tlatelolco comenzó como un esfuerzo por recuperar un espacio público para el uso de la comunidad, promoviendo la agricultura urbana como una forma de mejorar la calidad de vida de los que habitamos la ciudad.
Con el tiempo, el huerto ha crecido no solo en tamaño, sino en importancia, convirtiéndose en un modelo de sostenibilidad y un centro de educación ambiental, una nueva forma de diseñar ciudades que integren otra vez los espacios de producción de alimentos donde los ciudadanos, tengamos la oportunidad de participar o involucrarnos y así volver a reconectar con estos procesos naturales.
Al ser una de las cuidades más grandes del mundo, la Ciudad de México es la segunda metrópoli en el mundo que genera mayor cantidad de residuos. De acuerdo con el Inventario de la SEMARNAT, la CDMX genera 13 149 toneladas de residuos sólidos diariamente, aproximadamente 1.40 (kg/hab/día), datos registrados por Aseca en el 2021.
En la Ciudad de México, no se podrían producir el 100% de los alimentos que se requieren para satisfacer a una ciudad completa, pero sí una parte, buscando generar cada vez más áreas verdes de calidad, generar comunidades participativas conscientes con mejores hábitos alimenticios conectados con los ciclos de la vida.
En el Huerto Tlatelolco hay más una gran variedad de hortalizas, frutas, y hierbas medicinales que prácticamente se pueden cultivar todo el año.
“Nuestro alimento es la medicina”, nos comparte Gaby Vargas.
Los que se ha cultivado y cosechado en el huerto son con diferentes tipos de lechugas, zanahoria, betabel, calabaza, jitomates, pepino, alimentos que vienen de la época prehispánica, como el chile, el amaranto, los jitomates, y maíz, que cada año siembran una parte de Milpa, cinco variedades de coles, flores comestibles, árboles frutales como la guayaba, manzanas, ciruela, macadamia, plátano, durazno, granadas, níspero, capulín, olivos, y una gran variedad de hierbas medicinales, como el romero, albahaca, salvia, tomillos, orégano, ajenjo, hoja santa, árnica, caléndula.
Las áreas verdes de calidad generan un cambio, generan un impacto en el medio ambiente. Gaby nos compartió un dato en concreto, en un día de calor en el huerto, gracias a la calidad del suelo que tienen, un suelo vivo, la sensación térmica se pueden sentir 9.5 grados menos a diferencia con la sensación térmica que se siente en la calle, y puede haber hasta 26 grados de diferencia en un día de calor, entre el huerto y la calle (señalando las calles por las que está rodeado el huerto).
Las grandes ventajas que tienen los huertos urbanos es que se genera una alimentación más consciente, y como nos compartió Gaby, se genera la alimentación autogestiva, con la que podemos decidir qué queremos comer porque también lo estamos cultivando.
Consumir lo que tenemos a nuestro alcance, dependiendo del clima y de la temporalidad del año.
Un suelo nutrido por la composta es un suelo vivo que tiene la capacidad a través de las plantas de absorber el carbono que tenemos en exceso en la atmósfera y volverlo a aterrizar el suelo, es por eso que la sensación térmica es más fresca, si queremos hablar de estrategias contra cambio climático, los huertos urbanos son una gran vía.
“Hay que regenerar el suelo, generar una conexión con la naturaleza, quiero decirles que metan las manos a la tierra”, nos comparte Gaby Vargas.
El Huerto Tlatelolco abarca aproximadamente 2,000 metros cuadrados de terreno y alberga un oasis con espacios dedicados a la agricultura, la educación ambiental y comunidades participativas.
Entre sus características más destacadas se encuentran:
Parcelas de Cultivo: El huerto cuenta con diversas parcelas dedicadas al cultivo de hortalizas, frutas, hierbas y plantas medicinales. Aquí se practican técnicas de agricultura ecológica, como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y la captación de agua de lluvia.
Biodiversidad Urbana: Se han sembrado especies nativas de la región, lo que no solo enriquece la biodiversidad del huerto, sino que también sirve como refugio para fauna local, como aves, mariposas y abejas, contribuyendo a la polinización y el equilibrio ecológico.
Huerto Tlatelolco ha sido un proyecto también de investigación, tanto externa como interna, actualmente tienen más de 120 variedades de plantas comestibles, 62 especies de insectos identificados, 19 especies de aves que visitan o anidan en el huerto y más de 300 variedades de semillas en nuestro banco de semillas.
Compostaje: Uno de los pilares del Huerto Tlatelolco es la sostenibilidad. El compostaje de residuos orgánicos es una práctica regular, transformando desechos en abono natural que se utiliza para enriquecer el suelo del huerto y así poder generar de nuevo tierra fértil para los cultivos, un sistema circular.
El programa de composta cosecha aproximadamente 700 kilos de residuos orgánicos procesados al mes por ende 350 kilos de composta y/o suelo fértil al mes.
Talleres y Espacios Educativos: El huerto no es solo un lugar de cultivo, sino también un espacio de aprendizaje. Se imparten talleres sobre agricultura urbana, permacultura, compostaje y reciclaje, así como actividades educativas para niños y adultos.
Además, el huerto sirve como un punto de encuentro comunitario, donde los vecinos o cualquier residente de la ciudad, puede tener acceso para reunirse y formar parte del cambio.
El impacto del Huerto Tlatelolco en la comunidad y en la Ciudad de México es multifacético.
A nivel local, ha servido como un espacio de integración social, donde personas de diferentes edades, orígenes y condiciones socioeconómicas se unen con un propósito común: cultivar la tierra y cuidar su entorno.
Este sentido de comunidad es especialmente valioso en un entorno urbano, donde el individualismo y la desconexión a menudo prevalecen.
El huerto también ha demostrado ser una herramienta poderosa para la educación ambiental.
Los talleres y actividades que se llevan a cabo en el espacio han ayudado a concienciar a miles de personas sobre la importancia de la sostenibilidad, la conservación de recursos y la producción de alimentos de manera responsable.
Además, muchos niños de las escuelas locales han participado en visitas educativas al huerto, lo que les ha permitido aprender sobre la naturaleza y la agricultura de una manera práctica y atractiva.
En términos de salud, el Huerto Tlatelolco ha contribuido a mejorar la nutrición de los participantes al proporcionar acceso a alimentos frescos y saludables.
A pesar de su éxito, el Huerto Tlatelolco no ha estado exento de desafíos. La sostenibilidad financiera es una preocupación constante, ya que el huerto depende en gran medida de donaciones, voluntariado y apoyo gubernamental limitado.
Para asegurar su futuro, el Huerto Tlatelolco ha estado explorando varias estrategias, como la venta de productos derivados del huerto (por ejemplo, frutas, hortalizas, mermeladas, tés y plantas medicinales) que se pueden vender para generar ingresos.
También se están formando alianzas con otras organizaciones, tanto locales como internacionales, para fortalecer la red de apoyo y promover la agricultura urbana como una solución viable para los desafíos urbanos contemporáneos.
El huerto también ha comenzado a involucrar a más jóvenes en sus actividades, reconociendo que la sostenibilidad a largo plazo depende de la participación de nuevas generaciones que se apasionen por la agricultura urbana y la conservación del medio ambiente.
En el contexto de la Ciudad de México, el Huerto Tlatelolco se destaca como un modelo de lo que puede lograrse con la agricultura urbana.
En una ciudad que enfrenta desafíos ambientales significativos, como la contaminación del aire, la escasez de agua y la falta de espacios verdes, iniciativas como el huerto son importantes, y es en donde debemos tener la mirada.
Este espacio demuestra cómo la agricultura urbana puede contribuir a la seguridad alimentaria, proporcionar espacios verdes que mejoran la calidad del aire y reducir la huella de carbono mediante la producción local de alimentos.
El éxito del Huerto Tlatelolco también ha inspirado a otras comunidades de la Ciudad de México y más allá a considerar la agricultura urbana como una solución viable para enfrentar problemas ambientales y sociales.
El Huerto Tlatelolco es más que un simple espacio de cultivo; es un símbolo de resistencia y creatividad en una ciudad en constante cambio.
A través de sus esfuerzos por promover la sostenibilidad, la educación y la comunidad, ha demostrado que la agricultura urbana es una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida en entornos urbanos.
Al continuar cultivando no solo plantas, sino también una comunidad de personas conscientes y comprometidas, el huerto puede seguir siendo un faro de esperanza y un modelo a seguir para otras ciudades del mundo.
En una era de urbanización rápida y cambios climáticos, iniciativas como el Huerto Tlatelolco son esenciales para construir un futuro más verde, saludable y equitativo para todos.
Página web www.culticiudad.org/huerto-tlatelolco/
Instagram @huertotlatelolco
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