En días recientes comenzó a circular la noticia que las papas fritas sabor jamón, snack muy consumido en España, habían sido prohibidas por la Unión Europea (UE), una decisión que alertó a miles de personas. Sin embargo, la noticia ya fue desmentida por el organismo internacional quien señaló que no están prohiendo las papas fritas sino el uso de aromas de humo que se empleaban en su elaboración porque no se puede descartar su genotoxicidad.
Desde hace años, la UE busca eliminar de los supermercados los productos más dañinos en favor de lo saludable, prohibiendo los alimentos que contienen entre sus ingredientes aditivos artificiales ahumados por su posible riesgo de generar cáncer y enfermedades hereditarias.
El veto a las papas con esa composición viene desde 2023, cuando la Comisión Europea encargó a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) un informe sobre ocho aromas de humo con el fin de evaluar su genotoxicidad, es decir, la capacidad que tenían estas sustancias químicas de dañar el material genético de las células.
La EFSA concluyó en noviembre del pasado año que en esos aditivos “existen problemas de genotoxicidad o no se pueden descartar”, lo que confirmó las sospechas de la Comisión Europea, que en abril de este 2024, y siguiendo las recomendaciones de ese organismo, votó unitariamente, los 27 miembros apoyaron la iniciativa, a favor de prohibir la producción y comercialización de alimentos con aromas de humo artificiales en todos los países de la Unión Europea.
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Los aromas de humo, al igual que otros aromas alimentarios, están estrictamente regulados a nivel europeo por el Reglamento 1334/2008. Según esta normativa, solo los aromas que están en listas positivas pueden ser utilizados, es decir, aquellos que han sido previamente autorizados.
Estos aromas de humo no sólo se emplean en las patatas fritas con sabor a jamón sino que se utilizan como alternativa al proceso de ahumado tradicional en carnes, pescados, quesos, sopas, salsas, bebidas, helados y dulces, entre otros. A alimentos con ahumados naturales, como el salmón, no les afectará esta prohibición.
La prohibición podría entrar en vigor en la primavera de 2025. Para que las diferentes distribuidoras alimentarias puedan adaptarse a esta nueva normativa, la Comisión Europea va a dar un margen de entre dos y cinco años para que vayan eliminando progresivamente o modificando los productos que contengan alguno de esos los aditivos, que se reconocen en las etiquetas como: