Anthony Bourdain impactó en la vida de cientos de amantes de la comida, especialmente con sus poderosas reflexiones y su vista privilegiada para entender a una sociedad a través de la comida. Pero nada lo cautivó tanto como esta receta, un icónico platillo de los mercados brasileños. Descubre la historia del sándwich favorito de Anthony Bourdain.
Solíamos verlo viajar y recorrer el mundo, a través de la televisión o en las plataformas, por ello en ocasiones muchos olvidaban que fue un gran cocinero. Más allá de esa apariencia misteriosa y filosóficos comentarios, habitaba un habilidoso chef que pocas veces dejó que las cámaras captarán su talento.
La realidad es que desde su libro Kitchen Confidential, Bourdain se había separado de la cocina. Encontró un nuevo panorama que le permitió demostrar su amor por la comida y se convirtió en un viajero con una intuitiva sed de reflexión.
A través de cientos de viajes, Bourdain degustó miles de platillos, algunos apreció más que otros, pero fue cuando hacía Parts Unknown en Sao Paulo, Brasil que uno lo cautivó más que cualquiera.
El Sándwich de Mortadella se convirtió en una obsesión para Bourdain, pues su grasoso, callejero y reconfortante sabor le recordaba a su casa en Nueva York. Algo que después de tanto recorrer el mundo, extrañaba.
En el idioma portugués existe una palabra que describe todo eso, saudade, el vocablo que describe el sentimiento de la melancolía y la distancia de algo amado, el sentimiento reprimido de aquello que nunca volverá.
A Bourdain le gustaban las recetas sencillas, sin complicaciones, en ellas radica la magia del sabor honesto y puro. Cuando Bourdain hacía este sándwich que aprendió a cocinar en Brasil, para mejorar la receta hacía su propia mayonesa. Ya dependerá de ti, qué tanto te quieres involucrar.
Disfruta del sándwich que cautivó a uno de los más grandes expertos del mundo de la gastronomía. Un platillo con un poderoso mensaje y una reflexión de aquello que nunca volverá.
El sándwich favorito de Anthony Bourdain es también parte del símbolo de su cocina y toda la magia que le rodeaba. Un fiel recuerdo de un entusiasta y sabio personaje.
“Mantente abierto a experimentar, estate dispuesto a probar cosas nuevas. No tengas un plan rígido. Acepta actos inesperados de hospitalidad sin juzgar y sin tener miedo. No temas a deambular y comer una mala comida. Si no te arriesgas a tener una mala comida nunca vas a conseguir las que son mágicas. Pero lo más importante, sé humilde, sé agradecido porque el mundo está lleno de gente que hace lo mejor que puede”.