Los calçots son el curioso error de un labrador y que en la actualidad, es el alimento que representa a la cultura catalana como ningún otro. Descubre qué son los calçots, cómo se preparan y sobre todo conoce la curiosa forma para comerlos.
El calçot es una variedad de cebolla tierna. El famoso calçot de Valls es un producto con Indicación Geográfica Protegida (IGP), que se suele encontrar en la zona interior de Cataluña.
Esta inusual cebolla, es alargada y no debe medir más de 25 cm de largo y 5 cm de diámetro. Es un producto típico de la gastronomía catalana, que se consume principalmente a finales del invierno.
El nombre de calçot proviene de la forma peculiar en que se siembra, pues se amontona tierra sobre los brotes que crecen de la cebolla, a esto se le denomina calçar (calzar).
Al ser un producto protegido por su ubicación geográfica, el lugar de procedencia es muy importante. Las comarcas del Bajo Ebro, Montsiá, Cuenca de Barberá, Noya y Tarragona son las principales productoras.
Pero es Valls en Tarragona, el lugar por excelencia para consumir los calçots. El origen de este increíble producto se debe a un labrador conocido como el Chat de Benaiges decidió consumir unas cebollas alargadas allá por el siglo XIX.
Esta persona consumió dos cebollas grilladas (tipo de cebolla) que salían de la tierra donde cultivo cebolla blanca. Asó a fuego directo las cebollas con todo y raíces, improvisó un aliño y comío. Quedó tan sorprendido por el intenso sabor y desde entonces empezó a experimentar para repetir el procedimiento y obtener las cebollas, que denominaría como calçots.
Los calçots se siguen comiendo de la forma tradicional como cuando se descubrieron:
Comerlos es toda una experiencia, existe una forma específica para hacerlo. Los tenedores y otros artefactos están prohibidos, las manos serán tus mejores aliadas.
Estos son eventos cada vez más frecuentes, en los que familiares o amigos se reúnen para asar calçots y comer como si no hubiera un mañana. Estas reuniones se hacen como un símbolo de unión y disfrutar de un manjar representativo para los catalanes.
En Valls de Tarragon, el último domingo de enero se celebra la calçotades más representativa de la temporada. Además de cocer calçots, después se utiliza la misma brasa con nueva leña para cocinar embutidos y carnes como segundo plato.
Los calçots son un símbolo de la gastronomía catalana, un legado culinario muy estrecho a los productos locales y sobre todo con gran aprecio por el campo. El cultivo de estas alargadas cebolletas con denominación de origen, son representativas para una comunidad auténtica y muy estrecha.
Un producto que no solo invade el comedor familiar de los catalanes, sino que también se ha convertido poco a poco en una interesante propuesta para los restaurantes de alta especialidad y para una vasta mayoría de españoles.