Nos encanta encontrar nuevas experiencias que visitar y conocer, especialmente si se tratan de experiencias en restaurantes. Las hay de desde restaurantes temáticos, hasta experiencias que incluyen comer completamente desnudos. La nueva moda en Madrid son estas cenas en casas de desconocidos.
Se tratan de cenas que, en cierta medida, son clandestinas. Normalmente se pueden organizar en casas de los asistentes al evento o en locales particulares, en las que se comparte alimentos o va un chef a cocinar.
A esta tendencia también se llama “meal sharing”, una costumbre que encuentra su raíz en la economía comunitaria pero que ha evolucionado hacia una experiencia culinaria única. Este término, derivado del inglés, hace referencia a la acción de compartir comida en entornos sociales, trascendiendo el simple acto de alimentarse para convertirse en una forma de conexión y descubrimiento.
El boom de las cenas en casas particulares en España, principalmente en Barcelona y Madrid, marcó el inicio de esta tendencia. Iniciativas como el proyecto 62 escalones en Barcelona se enraizaron en la economía comunitaria, ofreciendo cenas para numerosos comensales que se reunían en viviendas particulares, promoviendo la interacción social por encima de lo económico. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas prácticas han evolucionado hacia un modelo más diversificado, incluyendo tanto aspectos sociales como comerciales.
Aplicaciones como VizEat, Mealsharing, Meetmeals, GrubClub, Cookening y, posteriormente, EatWith, se convirtieron en plataformas populares para organizar y participar en estas experiencias culinarias compartidas. Lo que comenzó como un “Airbnb gastronómico” se transformó en una amplia gama de actividades, desde cenas en casas particulares hasta pop-ups, eventos temáticos, talleres de cocina y tours gastronómicos por las ciudades.
Sin embargo, el concepto de las cenas compartidas ha evolucionado aún más, expandiéndose más allá de las aplicaciones y las redes sociales.
Ahora, las experiencias clandestinas se convierten en la última tendencia en el mundo de la gastronomía experiencial.
Estas cenas, convocadas a través de WhatsApp, redes sociales o empresas de eventos, ofrecen a los participantes la oportunidad de disfrutar de una cena en un entorno misterioso, donde hasta el último momento desconocen el lugar, el menú y los compañeros de mesa.
Un ejemplo de esta nueva ola de cenas clandestinas es Biga Clandestina, una experiencia innovadora que invita a los comensales a sumergirse en un ambiente único donde la comida se convierte en el hilo conductor de historias y emociones compartidas. Con un enfoque en la calidad gastronómica y la exclusividad, estas cenas ofrecen un espacio para la conexión humana y la exploración sensorial.
Otra empresa destacada en esta tendencia es Secret & Co, que introduce las cenas clandestinas en Salamanca como un evento personalizado y misterioso donde el secreto es el protagonista.
Con menús elaborados por destacados chefs locales y una temática variada en cada ocasión, estas cenas ofrecen una experiencia única que va más allá de la simple degustación de platos.
Las claves de las cenas clandestinas radican en la combinación de un chef destacado, la presencia de personas desconocidas que comparten la misma curiosidad por lo nuevo, y la elección de lugares distintos que añaden un toque de misterio y emoción a la experiencia.
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, las cenas clandestinas representan una oportunidad para desconectar de lo convencional y sumergirse en una experiencia gastronómica y social única, donde la sorpresa y la camaradería se fusionan en cada bocado.