Así es, aunque usted no lo crea los alfajores, esos postres no son originalmente argentinos. Se sabe que por años han sido parte esencial de la gastronomía sudamericana, pero curiosamente su origen se dio a muchos kilómetros de distancia. Descubre la sorprendente historia del alfajor, un postre de aquí y de allá.
Los alfajores para muchos son argentinos, ya sean rellenos de leche o jalea de frutas, cubiertos de chocolate o con azúcar, son el postre nacional y un producto con el que la gente se siente muy identificado.
Pero la realidad es que su origen es sorprendentemente árabe. Un postre que surgió hace más de 700 años, el cual se llamaba al-hasú. Con el paso de los años y la conquista de España por los moros, el postre migró con ellos. Cambió su nombre y el tipo de relleno que se utilizaba.
En Andalucía nacería el alfajor, el cual se hacía con una masa de miel y relleno de mermeladas de frutos secos. Compartía similitudes con otro postre creado en Castilla, llamado alajú el cual se hacía con una base de almendras, pan rallado, especias y miel.
Al paso de los años y tras la conquista española de América, llevaron consigo muchas de sus costumbres y tradiciones culinarias. Al Virreinato del Río de la Plata, ahora Argentina, llegaría el saber culinario de la preparación del alfajor, una preparación que se adaptó a las técnicas y productos locales fácilmente.
La verdadera historia del alfajor en Sudamérica, habla de que los primeros que llegaron estaban hechos con obleas u hostias y rellenaban de miel y almendras. Con el paso del tiempo los locales modificaron la receta y en vez de utilizar obleas, hacían una especie de galletas con harina de maíz, las cuales rellenaban con el famoso dulce de leche.
A diferencia del alfajor español, el alfajor argentino se popularizó en toda la región pues estaban hechos con sabores más comunes para los locales. Su popularidad se acrecentó con los años y surgieron cientos de versiones que se empleaban con diversos productos e inclusive se bañaban de otros productos como chocolate y coco rallado.
La idea o el concepto de alfajor es de origen árabe, pero sin duda los argentinos hicieron suyo este postre, pues modificaron por completo la receta. Esta pequeña golosina puedes encontrarla en cientos de presentaciones y cada una de ellas tendrá una característica muy particular en su sabor y textura.
Los registros indican que unos de los primeros fabricantes oficiales de alfajores fue la fábrica del químico francés Augusto Chammás. Se cree que en su empresa familiar ubicada en Córdoba se perfeccionó la receta clásica del alfajor argentino.