¿Quién no ha tenido un momento de felicidad máxima con un mango ataulfo? Acidito, dulce, suave, jugoso, colorido y sobre todo un verdadero desastre. ¿Eres como yo de los que se comen los mangos con las manos o de las personas que lo parten cuidadosamente? Todos tenemos momentos que llevaremos en la memoria con un delicioso mango, pero ¿sabías la historia de esta deliciosa fruta mexicana?
Así es, el mango ataulfo es mexicano y es una de las frutas más producidas en el país. Alrededor de 23 estados de la república dedican una parte de su superficie agrícola a la siembra de esta deliciosa fruta.
Es un producto 100% mexicano descubierto en 1963 por el productor victorense Héctor Cano Flores y se nombró así en honor al dueño de la finca, Ataúlfo Morales Gordillo.
El ingeniero agrónomo Cano, era un científico que estudió y seleccionó entre 32 variedades de mangos originarias de la región del Soconusco, 5 árboles del predio de Ataúlfo para comprender su comportamiento.
Analizó estos árboles con la finalidad de encontrar parámetros y características diferentes entre sí, para encontrar el mango perfecto para cultivar en la región. Seleccionó a uno como el más óptimo, al que llamó Ataulfo.
Este árbol daba un fruto con una composición única y sumamente especial, pues su composición promedio daba registros de 69% pulpa, 19% cáscara, 8% de semilla y el resto otros componentes. La pulpa es dulce, jugosa, acidez leve y de aroma intenso.
Algo que no se había registrado antes con un ningún tipo de mango, una fruta que se podía aprovechar mejor, pues contiene una gran cantidad de fibra. Por este motivo, se dio a conocer en 2003, que el mango ataulfo tendría una denominación de origen por parte del gobierno mexicano.
Antes de que se descubriera este tipo de mango en el estado de Chiapas, el mango ataulfo tuvo una larga travesía para llegar a este país. Al igual que los mangos de la variedad Manila, provienen de Filipinas.
Los mangos Manila, llegaron a México a través del famoso Galeón de Manila o Nao de China, un barco que cruzaba el Océano Pacífico para llegar a los puertos de la Nueva España, para comercializar productos orientales.
El mango Manila llegó al puerto de Acapulco y con el tiempo llegaría a Tapachula, donde probablemente sufrió una mutación o hibridación para que naciera el mango ataulfo.
El mango ataulfo es un producto mexicano que ha sido muy explorado por sus beneficios a la hora del almacenaje y su tiempo prolongado de maduración. Los cuales permiten tener un producto más estable, duradero y con mejor apariencia. Un regalo para México de la increíble naturaleza.
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