Un equipo de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, se encuentran trabajando en desarrollar un método para convertir las fibras de la planta de sisal, Agave sisalana, en un material esponjoso y absorbente para toallas sanitarias menstruales.
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De acuerdo con los avances publicados en Communications Engineering, el agave es una planta robusta y tolerante a la sequía que puede convertirse, debidamente procesada, en un material altamente absorbente, el cual podría usarse para fabricar toallas sanitarias desechables.
La creación de toallas sanitarias con material derivado del agave podrían ser una solución frente a la creciente escasez de agua asociada con el calentamiento global. Asimismo, el equipo busca asegurar una menstruación digna para los millones de personas que carecen de acceso a productos sanitarios, especialmente en países de ingresos bajos y medianos caracterizados por un clima seco.
Los investigadores han desarrollado un proceso de fabricación simple y medidas de control de calidad con la intención de hacerlos todos de código abierto para que cualquier persona interesada en desarrollar productos menstruales sostenibles y asequibles tenga acceso a sus métodos. También están trabajando para crear una base de datos de otros materiales y métodos de origen vegetal que se están utilizando o probando.
“Hasta ahora ha sido fantástico aprender de otros en todo el mundo”, dice Anesta Kothari, investigadora del laboratorio de Prakash y coautora del artículo.
“Estamos tratando de trabajar directamente con las comunidades y hacer que nuestras herramientas lleguen a manos de los usuarios”, de acuerdo con declaraciones hechas para Stanford.
Anton Molina, Anesta Kothari y Manu Prakash partieron del Agave sisalana y lo sometieron a un proceso de deslignificación mecánica para aumentar la afinidad por el agua y la porosidad, respectivamente, tratando las fibras extraídas de las hojas con ácido peroxifórmico e hidróxido de sodio antes de secarlas al aire y mezclarlas.
El resultado fue un material esponjoso que los autores sugieren que podría utilizarse como capa absorbente en una compresa menstrual desechable, pues es capaz de absorber más agua que una de algodón disponible en el mercado.
Para su estudio, incorporaron sisal procesado en un prototipo de compresa entre una capa superior porosa y una capa inferior impermeable obtenida de una compresa comercial.
Los autores estimaron las materias primas y la energía necesarias para fabricar sisal procesado y los compararon con datos para la producción de madera blanda y algodón blanqueado, materiales que a menudo se utilizan para ese producto de higiene.
La huella de carbono y el consumo de agua asociados a este proceso son comparables a los de las alternativas habituales, con la ventaja añadida de que puede llevarse a cabo a pequeña escala sin dejar de ser sostenible desde el punto de vista medioambiental.
La fabricación de un kilogramo de sisal procesado en condiciones de laboratorio genera 3.5 kilos de dióxido de carbono y consume entre 44.6 y 119.6 kilos de agua, señala la publicación publicada en noviembre de 2023.
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