Seguro lo habrás visto alguna vez en el área de enlatados del súper y te preguntaste: ¿qué es el palmito? Porque así de verlos simplemente no imaginamos cuál podría ser su sabor y mucho menos se nos ocurre que podríamos cocinar con él.
Los palmitos, también conocidos como “corazón de palma”, son un manjar exótico proveniente del interior de ciertas variedades de palmeras. Son brotes del tallo que son comestibles. Su sabor delicado y su textura tierna los convierten en un ingrediente versátil y delicioso en la cocina.
Según Larousse Cocina, tienen una textura similar a la jícama, pues es crocante. Así que se pueden utilizar especialmente para preparar platos frescos.
Desde ensaladas frescas hasta platos principales gourmet, los palmitos añaden un toque de sofisticación a cualquier receta. Por ejemplo, nosotros te compartimos esta ensalada de palmitos y apio o, si prefieres, esta sopa fría de palmitos, almendras y aceitunas.
Este ingrediente exótico tiene una historia arraigada en las zonas tropicales de Sudamérica. Se extrae de especies de palmeras como el cocotero, la jusará, el asaí, el pejibayo o pijuayo, donde crece durante 12 a 18 meses antes de alcanzar la madurez necesaria para su cosecha.
Sin embargo, la producción del palmito está estrechamente asociada a la deforestación de bosques y selvas nativas. Sucede que este tipo de producto tiene un elevado costo ecológico porque es necesario talar una palmera adulta para obtener alrededor de medio kilo de palmito
En México, el palmito no es ajeno a las mesas festivas y cotidianas.
En San Luis Potosí, el palmito se disfruta con limón y chile piquín o en vinagreta con aceite de oliva y vinagre blanco. También se usa en salsas de chile ancho o se añade a guisos de carne de cerdo. Incluso se emplea en postres con leche y azúcar.
En Veracruz, se cocina con tomates verdes, especias y carne de cerdo. En la Huasteca, se prepara en caldillo de jitomate y chile, a veces con carne de cerdo y papaya.
Mientras que en Tuxpan, se marina en escabeche con zanahoria y chiles jalapeños, mientras que en Tantoyuca se sirve en una sencilla ensalada con aceite de oliva, vinagre, cebolla y orégano.
Chiapas lo disfruta en ensaladas con vinagre de piña o panela, o encurtido en vinagre. En el Soconusco, se prepara como un plato festivo con una elaborada salsa de jitomate, cebolla, especias y masa de maíz.