El maíz nativo mexicano enfrenta nuevos retos agrícolas ante el cambio climático, por ello, es necesario y urgente su conservación libre de transgénicos. Se trata de un tema mucho más complejo de lo que podemos dimensionar, es por ello, que platiqué con expertos para así conocer más sobre este tema, que no solo afecta a unos cuantos, sino que pone en riesgo la seguridad alimentaria de México.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) advierte que México es altamente vulnerable al cambio climático debido a sus condiciones geográficas, económicas y sociales.
Hablar del maíz mexicano me hace regresar miles de años atrás; existen varias teorías sobre el origen del maíz, cultivo principal de la milpa y que llamamos así al sistema agrícola tradicional conformado por un policultivo. Su especie principal es el maíz, acompañada de diversas especies de frijol, calabazas, chiles, tomates, y muchas otras dependiendo de la región.
De acuerdo con la publicación “Haciendo milpa: La protección de las semillas y la agricultura campesina”, una de las teorías más aceptadas señala que el maíz se domesticó en México a partir del teocintle, que se le conoce como el pariente silvestre del maíz. Son los antecesores directos de los cuales se domesticó el maíz como cultivo por los antiguos habitantes de Mesoamérica, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
En este proceso pasó de ser ramificado a tener un solo tallo principal y de producir muchas mazorcas chicas a pocas mazorcas grandes. El número de granos por mazorcas cambió de 6 a 300 o más, como la conocemos actualmente. Como consecuencia de este proceso de domesticación, la planta de maíz se volvió dependiente del hombre, al no poderse dispersar por ella misma sin que el humano la desgrane.
De acuerdo con Rafael Mier, director de Fundación Tortilla, el maíz continúa siendo el alimento de mayor importancia en México y el más consumido. Es un alimento económico que se puede transformar en cientos de platillos. Los mexicanos no podemos imaginar sentarnos a la mesa y que no esté un tortillero que acompañe el guiso.
Las variedades de las diversas razas de maíz en México es igual que el número de familias campesinas que seleccionan sus semillas, indicó la doctora Malin Jönsson, coordinadora de la Fundación Semillas de Vida.
El cultivo del maíz en México tiene gran diversidad de ambientes, donde los agricultores o indígenas, mediante su conocimiento y habilidad, han logrado adaptar y mantener una extensa diversidad de maíces nativos.
Es así que a partir de esa diversidad de maíces se va desarrollando la cultura alimentaria. Malin señaló que actualmente hay 700 platillos diferentes derivados del maíz registrados y están preparados de acuerdo a cada comunidad.
La activista indicó que el maíz tiene una adaptabilidad impresionante que se puede sembrar a 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar. A nivel mundial, es el grano que más se produce en comparación con el trigo y el arroz. De acuerdo con datos de Mier, se calcula que aproximadamente 2 millones de personas en México siguen sembrando maíces criollos o nativos.
La diversidad de maíces de México es el resultado de tres influencias: su domesticación, su cultivo y la diversidad de prácticas agrícolas y de usos de más de 80 pueblos originarios.
Los maíces nativos son aquellos que se han conservado por la práctica de selección de semillas que realizan los agricultores cada año, se diferencian de los que se han generado por métodos de mejoramiento, como las variedades de polinización libre, líneas puras e híbridos, y tienen un gran potencial para brindar información útil que contribuye a enfrentar el cambio climático, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Malin Jönsson reveló que a partir de la Revolución Verde, que prometía soluciones tecnológicas al abasto de alimentos y al hambre, se desarrollaron las semillas transgénicas o híbridas que tienen un ADN homogéneo, es decir, que todas las semillas son iguales y esto permite a las empresas patentarlas. En México aún no está aprobado realizar esta práctica.
La investigadora puntualizó que existe una problemática de muchos años atrás que no se ha resuelto: la siembra de maíces transgénicos, de permitirse sería un grave daño para nuestros maíces criollos.
Los transgénicos, a través de la polinización, viajan hasta miles de kilómetros de distancia de su sitio de origen lo que puede contaminar a los maíces nativos y poner en peligro la diversidad de razas de maíz, que de acuerdo con Rafael Mier hay 59 razas mexicanas que están clasificadas por la Comisión Nacional para la Biodiversidad (CONABIO).
Las comunidades que desarrollan sus propias semillas seleccionan las semillas nativas o criollas, lo que resulta en una diversidad genética, es decir, cada semilla tiene un ADN diferente.
Jönsson recordó que en 2001 fue la primera vez que se encontró un maíz nativo contaminado por maíces transgénicos en Oaxaca. En febrero de 2023 se publicó un decreto que prohíbe el uso del grano transgénico en alimentos a base de masa, como las tortillas, pero permite su utilización para el forraje (aquellas plantas que se cultivan con el fin de alimentar a los animales) y productos comestibles industrializados, mientras se buscan opciones para sustituirlo.
Identificar un maíz transgénico de uno nativo no es sencillo, ya que a simple vista no se puede saber si un maíz ha sido modificado genéticamente.
Los maíces transgénicos no fueron elaborados por técnicas de mejoramiento genético convencional sino por una tecnología especializada llamada biotecnología, que agrega genes de otras plantas o animales al maíz en el laboratorio, de acuerdo con GreenPeace.
Con la biotecnología los científicos han logrado por primera vez en la historia de la humanidad, meter genes de una planta, animal o bacteria a otra saltando las barreras entre especies para crear organismos que no existían en la naturaleza.
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías(Conacyt) señala que los maíces nativos tienen una proporción equilibrada de fibras, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas benéficas.
Todas las variedades del maíz tienen pigmentos con propiedades antioxidantes, quimioprotectores y antimutagénicas. Las tortillas de maíz nativo poseen un índice glucémico bajo, su consumo es apto y benéfico para personas con diabetes.
Por su parte, el maíz transgénico tiene una mayor proporción de carbohidratos (almidón) y menor contenido de grasas benéficas y proteínas. Las harinas de estos maíces poseen un mayor índice glucémico. Suelen utilizarse en la industria de los ingredientes para fabricar alimentos ultraprocesados.
El consumo de maíz transgénico está asociado a alteraciones metabólicas, el desarrollo de alergias y daños en órganos como el hígado. Está ligado con el glifosato (herbicida) y ello implica graves riesgos para la salud humana.
El cambio climático se define generalmente como una variación significativa de las condiciones climáticas, actualmente estamos viendo cómo se manifiestan con mayor intensidad los impactos con los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas y huracanes. Olas de calor más intensas, duraderas y frecuentes que nunca antes; incendios, plagas y sequías.
Estos fenómenos representan un desafío para la seguridad alimentaria, sin embargo hay esperanza en el campo, donde familias campesinas, a través de sus prácticas milenarias buscan salvaguardar el maíz nativo, protegiendo y fortaleciendo al mismo tiempo las semillas que no han dado de comer por miles de años
La doctora Malin Jönsson afirmó que, a pesar de ser desarrolladas en condiciones climatológicas particulares, las semillas pueden adaptarse a climas extremos, siempre y cuando sean nativas y se siembren con manos humanas.
Por su parte, el Juan Manuel Hernández Casillas, investigador del Campo Experimental Valle de México, perteneciente al Centro de Investigación Regional Centro (CIRCE) reveló que el cambio climático afectará tanto a los maíces nativos como a los mejorados, no obstante destacó que debido a que los maíces nativos son poblaciones de polinización libre, tienen una amplia base genética que les permite enfrentar sin problema los cambios climáticos
También, expresó que, a medida que los maíces nativos experimentan un proceso evolutivo, están constantemente sometidos a la selección del ambiente y del humano cada año. En este proceso, se eligen aquellos que mejor se adaptan al entorno para formar la siguiente generación. De esta forma, solo los que mejor responden a los cambios climáticos y del ambiente en general continúan, eliminándose los que no se adaptan. De esta manera los maíces nativos, tienen una mejor respuesta ante el cambio climático..
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura( FAO, por sus siglas en inglés) señaló en el artículo “Cambio climático: El impacto en la agricultura y los costos de adaptación” que la agricultura es extremadamente vulnerable al cambio climático, por lo que el aumento de las temperaturas termina por reducir la producción de los cultivos deseados, a la vez que provoca la proliferación de malas hierbas y pestes.
Destacó que los cambios en los regímenes de lluvias aumentan las probabilidades de fracaso de las cosechas a corto plazo y de reducción de la producción a largo plazo, amenazando la seguridad alimentaria mundial principalmente en las poblaciones de los países en vías de desarrollo.
En una investigación realizada por Greta Rico y Anaiz Zamora llamada “Del maíz, hay que seguir hablando” y, que fue publicada en el medio ladobe a finales del 2023, expusieron que debido a la sequía, la falta de agua y el exceso de calor, las mazorcas que cosechan las familias campesinas de los Valles Centrales de Oaxaca, durante noviembre de 2023, se pudrieron antes de tiempo, sin embargo, sembrar nuevamente las semillas que sobrevivieron es fundamental para preservar la biodiversidad y la adaptabilidad genética de las semillas nativas de maíz, ante los efectos del cambio climático en la zona.
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En la próxima entrega de este artículo conocerás la historia de Gabriela Montserrat Vázquez Díaz, defensora del maíz nativo y creadora de Nixcome, una tortillería mazahua en donde se crean productos de maíz criollo 100% nixtamalizado.