Todos los sabemos: los propósitos de año nuevo que tienen que ver con la alimentación entran en vigor después de la rosca de reyes, ya cuando no hay nada de comer que podamos extrañar de la temporada navideña.
Ahora sí ya no hay pretexto y estás en el mejor momento para ponerle atención a tu cuerpo y darle cariñito comestible que no engorde tanto. Toma papel y lápiz, haz una lista de compras y manos a la obra con esos nuevos hábitos.
Este año no te proponemos solo una dieta estricta que haga que te sientas menos culpable durante enero. No se trata de eliminar los rezagos de bacalao y romeritos sino de mantener unos buenos hábitos durante todo el año sin sufrir en el camino.
Tampoco sugerimos que canceles todo aquello que te hace feliz o te metas en regímenes que pueden poner en riesgo tu salud. Le apostamos al trabajo diario y al esfuerzo pequeño pero constante para que tú y tu entorno mejoren.
En tu siguiente visita al súpermercado, haz el siguiente ejercicio: toma una bolsa de papitas, un pan empaquetado o cualquier lata y dale una leída a los ingredientes. ¿Los conoces todos? ¿Puedes pronunciarlos todos?
Exacto. Es momento de tomarse a pecho la frase de que somos lo que comemos y definitivamente nadie quiere ser algo que no conoce. Opta por lo natural y aprende a dosificarlo, de modo que no tengas que tirar cosas a la basura porque se echaron a perder.
Uno de los peores escenarios del godín promedio sucede cinco minutos antes de la hora de la comida cuando nos damos cuenta de que no descongelamos esa pechuga de pollo, no hay arrocito para acompañar y ni hablemos de la sopa que toma más tiempo en su preparación.
Nuestra sugerencia es: destina dos horas después de haber hecho tu compra para cocinar todo lo que vas a comer en la semana. Así, el propósito de año nuevo de comer rico sin gastar también lo cumplirás.
Los hay de todos tipos: más básicos o muy profesionales; temáticos, con fotos, con dibujitos o incluso en internet. Entre más recetas veas mayor será tu imaginación a la hora de ponerte frente a la estufa, lo cual asegura que comerás más variadito y rico.
La pandemia nos hizo adictos a los Lives, a las catas por Zoom, a la comida a domicilio y también a ciertos antojitos que quizás no teníamos antes. ¿Por qué no conocer más de chela si te tomas una al día? O ¿qué te parece explorar el mundo del chocolate?
Otra bendición que dejó la pandemia es que todos aquellos expertos en temas especializados salieron a la luz y están listos para compartir su conocimiento por medio de plataformas digitales. Aprovéchalo y anótalo en tu lista de propósitos de año nuevo.
Llevamos toda la vida escuchando la frase dieta equilibrada. Pero ¿acaso quiere decir que por cada rebanada de rosca de reyes tengo que comer la misma porción en hojas de lechuga? No. No. Y no.
Comencemos por algo. Dieta se refiere a la alimentación diaria, no necesariamente a ese trámite horrendo donde no comes nada. Para que sea equilibrada debe tener todos los grupos de alimentos en proporciones determinadas que puedes conocer con el plato del bien comer.
Lo sabemos, es muy fácil comer pechuga asada todos los días pero también es de lo más aburrido. Hazte de hierbas de olor y especias para darle una variadita a tu menú y así disfrutar más la hora de la comida.
Con el tiempo y la práctica le irás perdiendo el miedo al horno, a la estufa y a los ingredientes desconocidos así que esos propósitos de año nuevo de aprender a cocinar también se van a cumplir. Por cierto, nosotros tenemos una receta en video cada semana en nuestro canal de YouTube.
No te metas en un régimen que elimine algún nutriente -como sucede con la dieta keto– sin supervisión de un profesional y mucho menos te mediques sin sus indicaciones con el fin de adelgazar.
Si no quieres gastar en un nutriólogo entonces busca fuentes fidedignas para crear nuevos hábitos, nada de dietas de la luna ni cosas que solo te harán rebotar hasta el cielo. Conoce los grupos de alimentos, las formas en las que se pueden combinar y las corrientes de pensamiento en nutrición.
Este propósito tiene que ver con la salud y con la sociedad. En tiempos tan complicados, los pequeños productores se han puesto las pilas para entregar a domicilio un montón de ingredientes que no están procesados y que además no tienen intermediarios.
Además de que esto le benficiará a tu bolsillo, también lo hará con tu vecindario, colonia y vecinos. La economía local llegó en 2023 para quedarse.
Según la FAO, se desperdician dos terceras partes de los alimentos producidos en el planeta. Y no, no solo son aquellos que se tiran en las centrales de abasto o las sobras de los restaurantes; mucho de lo que compramos para uso doméstico termina en la basura ya sea porque se echó a perder o porque no supimos cómo aprovecharlo.
Mira estos tips para no desperdiciar y aprovecha todo. Por ejemplo, cuando peles vegetales eso que sobra no necesariamente lo debas tirar, funciona para hacer fondos y dar sabor a caldos. Igual con los huesos de cualquier animal.
Con el fin de no desperdiciar comida, la sugerencia es que comiences un diario -que durará solo una semana- donde veas cuánto comes para que no compres de más.
Con esto también podrás darte cuenta de alergias y problemas digestivos. ¿Tienes agruras o te sientes inflamado? Haz experimentos, prueba, date cuenta de lo que te hace bien y lo que te hace mal.
No es sano física ni mentalmente comer con culpa. No lo hagas. Por favor. Si se te antojó el pastel de chocolate cómetelo pero eso sí, haz ejercicio y equilibra tu comida el resto del día pero no sufras. Disfruta tus propósitos de año nuevo, no los sufras.
Come en conciencia: percibe los sabores, aromas y texturas de cada ingrediente.