La sidra ha sido desde siempre un producto de gran tradición que se ha extendido por todo el mundo.Pocas bebidas adquieren el carácter ritual que tiene esta bebida en Año Nuevo en muchos países, entre ellos México.
La palabra sidra proviene del latín sicĕra, que a su vez proviene de una palabra en hebreo antiguo: šēkāt, y significa bebida embriagadora.
Hay distintas versiones sobre su origen, muchos historiadores coinciden en que surgió antes de Cristo, porque se han encontrado pruebas que ubican a esta bebida en civilizaciones como la de los egipcios y bizantinos.
Los griegos y los romanos disfrutaban de una bebida de manzana fermentada, la llamaban sikera, que posteriormente evolucionaría al término actual de sidra.
También en el Antiguo Testamento se menciona una bebida alcohólica que los hebreos elaboraban a partir de cereales o frutas como la manzana.
En la actualidad, para su elaboración se realiza una selección de distintas variedades de manzanas que son las que dan el sabor característico de cada tipo de sidra.
Las manzanas son trituradas y prensadas hasta obtener una mezcla que se fermenta y madura hasta dar lugar a la de tipo natural; aunque ésta tiene un problema, pues debe consumirse con relativa rapidez y no puede exportarse. Es por ello que desde mediados del siglo XIX se creó la espumosa que lleva gas.
Los procesos de producción de la sidra y del vino blanco son similares, pues se pueden aplicar algunas técnicas de añejamiento en barrica y mezclar diferentes tipos de manzanas para obtener productos con características más complejas.
La sidra francesa se elabora con manzanas y peras. Es más dulce y la envasan en botellas similares a las de champagne.
Algunos tipos de sidra son: dulce (procede directamente de exprimir la manzana y no tiene ningún proceso de fermentación); natural (procede de la fermentación, no tiene gas y es de color amarillo); espumosa (fermentada en botellas y tiene gas); la inglesa (suele tener acidez baja, aromas de humo y caramelo); la francesa (con una acidez cercana a la de la champagne y de aromas más frutales y frescos).
La sidra contiene un bajo grado de alcohol, entre un 3 y 8 por ciento, por ello se sirve en muchas celebraciones familiares como la Navidad o el Año Nuevo.
Esta bebida se produce en Europa en países como España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Escocia y Gran Bretaña.
En América es producida en México, Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos y Canadá.
Sabemos que en casi todo el continente en la última noche del año se consume sidra para hacer el tradicional brindis de Año Nuevo. En otras partes del mundo también hay costumbres alrededor de esta bebida.
En Asturias, España, una importante región donde se produce, esta bebida debe servirse escanciada, es decir, lanzándola al vaso tras elevar la botella por encima de la cabeza, para que haga espuma. También debe tomarse rápidamente, de un trago. El sobrante se debe tirar al suelo, algo que simboliza devolver a la tierra parte de lo que te ha ofrecido.
En la región española de Guipúzcoa, un lugar donde también se produce esta bebida, la sidra tiene su propio ritual: un grupo de gente come chuletas, tortilla de bacalao, queso, membrillo y nueces; después, los comensales prueban la sidra del año y cada vez que uno de ellos grita “txotx”, todos se levantan a llenar el vaso para degustar la sidra otra vez y vuelven a sentarse en sus lugares, hasta que de nuevo alguien grita “txotx”.