En esta vida tan acelerada a veces ignoramos que debemos de cuidar mucho nuestra salud intestinal. Es muy común, ¿Te la pasas sintiéndote de malas, con cansancio, inflamación y con mucho estrés? Segurísimo esta generado por mala digestión. Y si te preguntas cuál es el camino para comenzar a cuidar tu salud intestinal, acá te explicamos todo lo que tienes que saber.
Los estragos de una mala digestión pueden traducirse en malestares persistentes como cansancio, inflamación y estrés. Desde problemas aparentem ente simples como estreñimiento hasta trastornos más serios como la colitis nerviosa, nuestro sistema digestivo merece atención y cuidado.
El inicio de muchos problemas gastrointestinales se encuentra en los malos hábitos alimenticios. No se trata simplemente de una cuestión de incomodidad ocasional; estos hábitos pueden desencadenar enfermedades estomacales más graves con el tiempo.
A diferencia de una fractura que se puede inmovilizar para facilitar la recuperación, el sistema digestivo no tiene la oportunidad de reposar, ya que lo utilizamos constantemente al consumir alimentos. La recuperación, por lo tanto, depende en gran medida de las indicaciones médicas y de un cambio radical en nuestros hábitos alimenticios.
Entender la conexión entre nutrición y sistema digestivo es crucial para tomar decisiones informadas sobre nuestra alimentación. Los hábitos alimenticios poco saludables afectan el desarrollo de una microbiota intestinal sana en la adultez, comprometiendo las funciones del tubo intestinal a lo largo de la vida.
Esto, a su vez, impacta el sistema inmunológico e inflamatorio, influyendo en la calidad de vida y favoreciendo que se desarrollen condiciones crónicas de salud en la vejez, según estudios del Laboratorio de Datos contra la Obesidad (Labdo).
Así pues, cuidar de tu salud intestinal no es taaan complejo, sólo requiere que estés presente y que pongas atención a tus hábitos alimenticios. Estos son los principales que debes de tener en cuenta:
La recomendación constante de expertos sobre la importancia de consumir frutas y verduras no es un cliché publicitario. Estos alimentos son ricos en fibra, esencial para favorecer la digestión, procesar adecuadamente los alimentos y prevenir problemas como el estreñimiento, cáncer de colon y diabetes. No subestimes el poder de un buen plato de brócoli en tu menú diario.
La forma y el tiempo de masticar son cruciales para una buena digestión. Masticar adecuadamente ayuda a segregar saliva correctamente, evitando la ingesta excesiva de alimentos. ¡No subestimes el poder de la masticación! Mastica al menos 32 veces antes de tragar para incorporar más nutrientes a tu sistema y facilitar el trabajo de tu estómago.
Dos litros al día es la meta, pero puedes empezar con un poco menos. El agua facilita la eliminación de desechos y limpia el intestino, páncreas y riñones. Un hábito simple pero efectivo para cuidar tu salud intestinal y digestiva.
A pesar del ajetreo diario, evita períodos prolongados de ayuno, saltarte comidas o comer muy tarde. Estos hábitos interrumpen la absorción y utilización de nutrientes necesarios, lo que altera el sistema digestivo.
Prefiere (sobre todo) las cocciones suaves, como al vapor o al horno. Evita los excesos de grasas y alimentos picantes, que pueden complicar el proceso digestivo. Hay vida más allá de lo frito, y tu digestión te lo agradecerá.
En este proceso de procurar nuestra salud y bienestar en general, no podemos pasar por alto la importancia del movimiento en nuestra vida cotidiana. Si bien sería ideal evitar hábitos sedentarios, entendemos que la vorágine de la vida moderna a menudo nos deja con poco tiempo para ir al gimnasio o practicar un deporte. No obstante, hay pequeños cambios que todos podemos incorporar.
Procura salir a caminar al menos dos veces al día, especialmente después de cada comida. Este simple acto no solo facilita la digestión sino que también contribuye a mantener un estilo de vida activo. Levántate y estira las piernas de vez en cuando, rompe con la monotonía del sedentarismo.
Aunque el ritmo de la vida moderna pueda parecer frenético, dedicar tiempo a cuidar tu salud digestiva es una inversión que se reflejará en tu bienestar general.
Así que, en lugar de tirar la toalla ante la idea de mantener estos hábitos para procurar una salud intestinal óptima, comienza a integrar estos hábitos alimenticios de manera gradual y constante.
Verás que, aunque los resultados puedan ser lentos, son seguros. Cuida tu sistema digestivo, camina hacia un bienestar pleno y disfruta de una vida sin las cadenas de malestares innecesarios. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!