¿Cómo que las papas a la francesa no son de Francia? Te sorprenderá que muchas veces los nombres no son absolutas verdades. Sí, Francia le ha regalado al mundo muchas comidas famosas (como la icónica sopa de cebolla o las bagettes), esta no es la respuesta si te preguntas de dónde son las papas a la francesa.
Las papas son uno de los alimentos más consumidos en el mundo entero, y las queremos mucho porque existen infinitas formas de prepararlas: a la francesa, en espiral, en gajo, rellenas, al horno, en tortillas españolas, en sopas, en puré… ¡nunca terminaríamos de nombrarlas todas!
Pero si hay un platillo que ha dado la vuelta entera al mundo y que no puede faltar en el menú de ningún restaurante, son las papas fritas. Como acompañamiento para una hamburguesa o una milanesa, para poner al centro y compartir. Nunca fallan. Las también conocidas french fries en inglés tienen en realidad un origen incierto, y Francia y Bélgica se pelean por llevarse el mérito de un éxito culinario.
La respuesta a esta pregunta apetitosa está llena de controversias históricas entre Bélgica y Francia.
Albert Verdeyen, chef y coautor del libro Carrément Frites, ha rastreado la historia de esta deliciosa preparación y señala que, aunque las conozcamos mundiamente como “French fries” (papas a la francesa), en realidad deberían llamarse “papas francófonas”.
La historia en la que se basan para asegurar esto, se remonta a la época del siglo XVIII en Bélgica, donde una familia belga, dedicada inicialmente a la venta de pescado frito, se vio obligada a cambiar su producto cuando el río Mosa se congeló en 1680 durante un invierno frío. En lugar de pescado, comenzaron a vender bastones de papas, dando origen a las populares bastones de papa frita que conocemos en todo el mundo.
Estas deliciosas papas, cortadas en bastones y fritas dos veces para lograr una textura crujiente por fuera y cremosa por dentro, son tan icónicas en Bélgica que incluso tienen su propio museo en el país, el Friet Museum de Brujas.
Aunque algunos defensores belgas aseguran que las patatas fritas nacieron en Namur, una provincia francófona en Bélgica, el profesor de la Universidad de Lieja, Pierre Leclercq, ha tratado de desmentir esta teoría. Leclercq ha argumentado que la investigación que respalda la paternidad belga se basa en información incorrecta, y hay razones que sugieren que Bélgica no fue el lugar de origen.
Sus teorías atribuyen el invento a Francia, específicamente refieren a los carritos de vendimias que se ponían en Puente más antiguo de Francia, el Pont-Neuf, en el siglo XVIII. Aunque los retractores argumentan que sí, se vendían papas fritas, pero tenían más bien la clásica forma de rodajas, en lugar de bastones.
La diferencia es que “papas a la francesa” se caracterizan por estar cortadas en forma de bastones, mientras que otras variantes como las mignonnettes o allumettes son mucho más finas.
Es difícil determinar cuál es realmente el origen de las patatas fritas, aunque son eminentemente francófonas. Pese a su lugar de nacimiento, este tipo de papas se ha extendido por todo el mundo, y son muchos los países que han contribuido a darles la importancia que ahora tienen
La controversia persiste, pero lo que es innegable es que las patatas fritas, ya sea belgas o francesas, se han convertido en un tesoro culinario mundial.
Mientras tanto, Bélgica se mantiene persistente en su lucha por la paternidad de la patata frita. Y nosotros seguiremos disfrutándolas como siempre. Por ejemplo, por acá te dejamos nuestros mejores tips para que puedas preparar tu propia versión de papas fritas (muy crujientes) en casa.